Design Credits:
ᵅᵈᵈᶦᶜᵗᶤᵒᶰ중독 Segments: Part One, Part Two, Part Three
╚►This month~♪
╚►αвσʋt mɛ
╚►My favorite web pages~
╚►Something to say? :)
╚►Design Credits♥.
Nowhere in ourdreams..
The day before.
How about love?
《Nell–그리고, 남겨진 것들♬》
사실은 그래. 흩어지는데 붙잡아 뭐해
마음만 더 아프게
근데 이렇게 살아지는 게 어떤 의미가 있는 건가 싶긴해
가끔씩은 같은 기억 속에 서있는지
너의 시간 역시 때론 멈춰버리는지
랑은 어때. 다시 할 만해
사실 난 그래. 그저 두렵기만 해
This is all that I can say.
Cruel Fairy Tales (I, II)
martes, 6 de mayo de 2014 / 21:33
Ok, since it has been a long time and I should post everything I have written... here we go. A song fic, based on IU's 'Cruel Fairy Tales (link: Cruel Fairy Tales). This song is incredible nice, somehow it really fits me well so these stories were born from it. Listen at it while you read please~ Part III (last) it's missing (and per a long time, no inspiration at all).
Enjoy!
CRUEL
FAIRY TALES – I
Tal vez porque el camino que
conduce a mí es peligroso,
tú estás perdido.
Pero un día, así como estoy
sonriendo,
me quedaré dormida entre tus
brazos.
~----~
Uno… dos…
tres.
Se balancea,
cierra sus ojos.
~----~
Sus dedos se
han enredado entre la gravilla rebelde quemada por el sol, sus piernas se han
entumido sentadas entre la quietud. Sus dientes han chocado enojados por causa
del frío y sus ojos, sus oscuros y brillantes ojos, se han posado
inevitablemente sobre él.
~----~
Uno… dos…
tres.
Una vuelta
más.
Sus rubios
cabellos se mecen al ritmo del silencio insondable.
~----~
Le ha
sonreído, lo sabe… aún entre las sombras que se proyectan traviesas sobre las
cientos de rosas rojas que, tras su espalda, han comenzado lentamente a morir.
Oye como el pasto cruje duro bajo aquellos pies desnudos que han comenzado a
dar pasos sutiles, como se retuerce ante el inminente roce de su piel contra la
tierra.
~----~
Uno… dos…
tres.
Sus mejillas
se tornan rojas.
Sus labios
se tuercen en una sonrisa.
Sus manos
pasean entre el viento que se atreve a tocarle.
~----~
Escucha la
respiración entrecortada por el cansancio y el bombeo arrítmico de un corazón
inmerso bajo aquella blanquecina capa de piel. Y es entonces cuando siente como
el viento helado los traspasa, los une y ríe.
~----~
Uno… dos…
tres.
Cuatro.
CRUEL FAIRY TALES - II
Cuando esta noche termine
vendrás a despertarme
pisando ligeramente las lagrimas
que una a una voy derramando.
Late, late, una vez más.
Y ríe, ríe hasta el final.
~----~
Rojas.
Siempre así, sus mejillas.
Retorciéndose
en medio de la ingravidez, pues le sonríe.
Se sonríen.
¿Serán
dulces sus labios?
¿Serán
suaves sus caricias?
Sus dedos se
han entrelazado temblorosos.
Sus manos
pálidas se han encerrado en las del otro.
~----~
Dulce, dulce como la miel,
esa boquita debe de ser.
~----~
Y aquel
cabello rubio ondeante se ha deslizado con delicadeza sobre él. Aquella boquita
rosa se ha enterrado ya entre su cuello y aquellos delgados dedos han
rozado su piel.
Toca, lame,
besa.
Y quema.
~----~
El cielo es nacarado.
Y la locomotora sigue girando.
~----~
La cordura
ha desaparecido de aquellos que en la oscuridad, ruegan por cariño.
Su pasión es
deleite y necedad.
Un ritmo
intocable marcado sin piedad.
Una mentira
íntima, una sin control.
Una regla
nueva que se ha instaurado hoy.
Pero no lo
olvides, susurrarle… gímele tu amor.
Y dile que,
no existirá un mañana para los dos.
Mátame, amor. ~KyuMin~
domingo, 18 de noviembre de 2012 / 19:44
Hiii~ long time without posting stg~ these days had been crazy ;A;. Anyway, this is one of my favorite stories, I just love it, I was sooo happy abt being able to write this amazing short fic -I think so xD- & that's all what I can say. Hope you like it~
PD. -Spanish unique version-: Es tan gheiiii como yo :3.
Mátame,
amor.
-Mátame.
El frío permaneció cortando
nuestra piel y nuestras respiraciones se hicieron entrecortadas. El vaho salió
de nuestras bocas y deambuló vagabundo ante nuestros ojos.
-Mátame- repetiste y reí.
No eras absurdo, ni
incoherente. Nada de eso. Sólo decías lo que tenías que decir.
Y entonces, empezó a
llover.
⃘⃘⃘⃘⃘
El hombre tropezó
ridículamente. Nadie le detuvo, nadie lo intentó.
Fue entonces cuando sus
manos pulidas de rasguños se llenaron.
Y sus ojos agudos,
lágrimas derramaron.
Dime, ¿no te hiciste
así?
Tú, con tus palabras.
Yo, con mis sonrisas.
Pero, ¿quién lo
predeciría?
Eres el estorbo en el
suelo con el que he de caer.
Ambos somos radítraseros
y eso, es lo que me sigue atando a ti.
Así que, déjame ir.
⃘⃘⃘⃘⃘
-Uno~, dos.
La suela de goma falsa de
mis botas se hunde entre los charcos que la lluvia ha surcado entre la
gravilla. Aunque ha parado de llover, no te atreves a bajar tu sombrilla. Aún
sin mirarte, anhelo romper el silencio crudo que hemos establecido entre los dos,
un silencio que, a pesar de que intente ser roto con palabras, dejará rastros
enterrados entre nuestro ser.
-Sung Min-ah.
-¿Hmmm?
El gélido viento te insta a
apuntar el último botón de tu fea gabardina vieja.
-Mátame.
Eres tan hermoso. Mis
mejillas enrojecen ante tu mirada anhelante.
-¿Lo harás?-me preguntas, y
sé que temes oír una negativa de mi parte. Oh, Dios. Eres tan imbécil.
-Sí.
Esta vez, el charco se hace
más profundo y el agua sucia moja mis calcetines favoritos. Sonrío, tal y cómo
lo hago cada segundo que paso contigo.
-Kyu Hyun-ah~.
No me respondes, pero al
contrario que tú, no temo girarme y no encontrarte allí, porque tus pasos te
delatan y tus suspiros acompasados no dejan de marcar el ritmo que he impuesto
en ti.
-Kyu Hyun-ah~~.
-¿Hmmm?
-¿Crees que lloverá de
nuevo?
-Tal vez.
-Yo creo que no. Mira,
allá~, sobre aquella nube que tiene forma de calabaza, el sol ha dejado de
esconderse.
-¿Y tú?
-¿Yo? Kyu Hyun-ah, no
juegues. Estoy hablando seriamente.
-Claro. Yo también.- replicas
mientras me tomas de la mano. Para cuando lo noté, tus pantalones embarrados
escurrían desagradablemente gracias a mí. Son las claras consecuencias de
caminar al lado de Lee Sung Min un día lluvioso.
-Esa sombrilla es ridícula.
-Entonces, cómprame una
nueva.
-Lo haré. Será rosa, y
tendrá cientos de conejitos regados sobre la tela. ¿Así está bien?
-Siento que me veré como
una atracción de circo, pero no pondré los wons que vale, así que supongo que
deberé aceptarla así.
Tus dedos lánguidos y congelados
se cierran con más fuerza sobre los míos. No deberías dejar que el silencio se
interponga entre nosotros de nuevo.
-¿Debería besarte?- me
preguntas y mi corazón para. Lo haces bien Cho Kyu Hyun, lo haces bien.
-¿Por qué?- susurro.
Y entonces me sueltas de la
mano y continúas caminando sin mí.
-Mátame y lo sabrás.
⃘⃘⃘⃘⃘
-KyuHyun-ah.
Tus labios pálidos se
ciernen sobre el borde de la copa de vino manchada. No me miras, no me sientes.
-Kyu Hyun-ah, ¿hace frío?
Bebes un trago más y las
finas arrugas que están comenzando a surcar tu piel se hacen notorias ante la
expresión desgastada de tu rostro. Tu imperfecto rostro.
-Kyu Hyun-ah, ¿estaría bien
odiarte?
Al fin me observas.
Intentas sonreír mientras asientes y tu mano huesuda suelta al fin la mía.
-Maldita sea, no podría
odiarte más. Te odio, te odio, te odio.
Ríes cansado y no puedo
evitar creer que, si llegases a tener un hijo, una esposa o incluso una familia
entera, seguirías siendo igual de absurdo.
-Y entonces, ¿así está
bien? -digo. La bufanda verde vómito se ha escurrido de mi cuello y la ves caer
con envidia sobre mi pecho.
-¿El qué?
-Te he matado.
Frunces el ceño y empuñas
la botella que yace sobre la mesa entre nosotros. Ahora, son simplemente tú y
ella, una adicción añeja que el tiempo no ha dejado corroer. Como nosotros,
pero diferente.
Pero sé que no será igual.
Esta vez permanecerás sentado, regalándole el roce de tu boca solo a ella, las
caricias de tus dedos largos a su helado contorno y no me mirarás, no hasta que
sea de mañana y tu inconsciencia te permita regalarme una última sonrisa antes
de caer dormido.
⃘⃘⃘⃘⃘
Cuando entiendas que es
lo que yo defino como amor, sabrás que ya no me amas.
⃘⃘⃘⃘⃘
-Verás- señalas con el
índice hacia el cielo estrellado sin notar la humedad que se ha extendido sobre
los codos de tu cárdigan motoso con rayas- cada estrella tiene una historia.
Las más antiguas, brillan más que las jóvenes, tanto así que en algún punto
explotan.
-¿Y qué ocurre con las
jóvenes?
Te encoges de hombros y las
críticas con propiedad.
-Nada. Solo quieren ser
igual de geniales que las viejas, así que se la pasan intentando obtener un
poco de su sabiduría. Hay algunas que lo hacen y otras no.
-¿Y qué hay con las
fugaces? ¿De verdad cumplen deseos?
-Esas son distintas.
Brillan y corren por el espacio, sin importarles lo que las otras digan o
hagan. A veces son buenas, y otras no. Pero siempre, siempre, las verás
destilando luz para que otras entiendan que ellas nacieron para vivir y
disfrutar. Y de verdad.
-Pero no me respondiste,
Kyu Hyunnie. ¿Cumplen o no deseos?
-Depende. Si tu deseo les
gusta cuando se lo hayas gritado. Ellas solo hacen lo que quieren.
-¿Y cuál es tu deseo más
grande?
Giras la cabeza hacia mi
rostro y el rocío del pasto se pega a tu cabello.
-Por ahora, aprender
astronomía, ¿y el tuyo?
-Vivir.
Me miras con lástima.
Arrancó más raíces del suelo y te las lanzó. Sé que no derramas lágrimas
silenciosas mientras toses porque se te ha atascado un trozo de gravilla entre
la garganta. Lloras por mí y no entiendo porque.
-Mierda, Lee Sung
Min-dices, y te reprocho con la mirada aquella palabrota- mátame.
-Kyu Hyunnie, ya lo hice.
-Mátame de otra forma. De
alguna otra manera, en la que te pueda decir a los ojos que te amo, que eres lo
único que tengo y que deseo hacerte el amor mil y una veces. Mátame, para que
pueda tocarte en realidad y no parecer un puto loco que habla solo.
Al fin lo dices. Al fin me
has abierto tu corazón y le has sonreído al mío.
-Yo ya te maté. No lo haré
dos veces. Deja de llorar, que no pareces tú.
Te levantas y veo rabia en
tus ojos negros y apagados. A veces, deseo que me maldigas y me olvides, pero
eso no lo sabrás nunca, porque hay cosas que nunca se podrán poner en palabras.
Y yo soy egoísta y quiero tu todo, sólo para mí, aún después de dejarte,
después de morir.
-¡¿Crees que no lo he
intentado?! ¡Tú me cambiaste! ¡Sólo debes matarme, imbécil!
Tu pecho sube y baja
alterado. Me has gritado, por primera vez, y aunque siempre creí que sería lo
peor que me podría pasar en la vida, me has hecho sentir feliz. Pero no es
suficiente.
-Toda tu genialidad se ha
ido al caño, Cho Kyu Hyun. Porque cada vez soy menos real, porque cada vez tú
lo eres menos para mí y porque tendrás que olvidarme tarde o temprano.
La verdad nos abofetea y
empaña mis ojos. Y entonces, ambos vemos como cientos de estrellas fugaces han
comenzado a caer. Ríes y te escondes entre mis brazos. Porque ellas nos han
mirado y se han apiadado de nosotros, una vez más.
El calor de tu cuerpo se ha
prendido, por última vez, a mi piel.
-Te amo. Más que a nada,
más que a nadie.- susurras.
Y entonces, me besas.
SYLLABLES ~2MIN~.
lunes, 22 de octubre de 2012 / 21:22
Hello~ Well, this time i decided to post sooner. Why? Because the thrills i tried to describe bellow, seems to much as I'm feeling today and it's perfect(?) in many ways. I would love to write an 'End' for this, but I cannot. I think i'm not able yet. Just think on this as a crazy whim of a crazy writer. Thanks for reading. Pd. As usual, think as TaeMin as a girl or... wtv.
__________________________
SYLLABLES.
Una vez más tomó la
arrugada carta que yacía a su lado sobre la banca en la que se encontraba
sentado y la escudriñó con lástima, antes de apretarla con sus manos y romperla
de una vez por todas. Entre lágrimas alcanzó a distinguir varios de esos trazos
exquisitamente escritos por la conocida mano de Choi Minho caer sobre la hierba
a sus pies y sonrió. Se sorprendió ante lo estúpido que podía llegar a ser por
seguirle admirando a pesar de todo. Tal vez Lee Taemin era masoquista o
simplemente, un chico enamorado.
Fijó su vista sobre el
lago en frente de él, sin realmente verlo. Ya era de noche y aunque las negras
aguas estaban iluminadas tenuemente por un rayo tímido de la luz reflejada por
la luna, haciéndolas parecer oscuras, profundas y algo tenebrosas, Taemin
seguía allí inconsciente y ajeno a todo. Porque aun en su cabeza no cabía la
idea de que un trocito de papel fuese capaz de destrozar su corazón de aquella
forma y mucho menos de cómo alguien podía ser tan cobarde como para no decirle
las cosas de frente. O por teléfono. O por el chat.
Si, sonaba absurdo,
pero en lo más profundo, sabía que todo sería un poquito más soportable de
llevar si no Minho no hubiese desaparecido así no más y lo único que le
indicaba que seguía vivo era una hojita azul tamaño carta, algo arrugada y con
elefantitos parados sobre pequeños honguitos en la orilla-que estaba seguro le
había robado a algún infante que se había cruzado por su camino- y que le había
llegado luego de tres duras semanas de desesperación y le decía que todo
acababa.
¿Qué acababa? ¿Y
cuándo había empezado?
Esa carta solo era un
montón de basura.
Miró con despreció los
cientos de trocitos desperdigados por el suelo, que comenzaban a alejarse uno a
uno bajo la influencia del viento gélido que azotaba los árboles circundantes.
Los miró con ira y desilusión, antes de levantarse de su asiento y comenzar a
recolectarlos uno por uno, y pensar la
manera más ingeniosa en la que podría unirlos todos así se gastase una tarde
entera.
No, Lee Taemin en
verdad era un estúpido.
Una vez los hubo
recogido todos, los puso delicadamente dentro del bolsillo de su chaqueta
deportiva y se dejó caer de nuevo sobre la silla. Su estómago rugió gracias al
hambre, pero lo ignoró casi olímpicamente y suspiró, mientras limpiaba el
último rastro de lágrimas de su rostro.
-Choi Minho, eres un
imbécil-soltó al aire, esperando con suerte, que esas palabras le llegasen y
le taladraran al menos la conciencia.
Cerró los ojos y empujó su cabeza hacia atrás, intentado con todas sus fuerzas
olvidar por un segundo todo el remolino de emociones en su pecho, pero
involuntariamente, su mente revivió la última sonrisa que recibió del moreno.
No se le hizo extraño el hecho de no poder derramar más lágrimas y se contentó
con sollozar dolorosamente. Ahora que lo pensaba, eso era lo único que le
quedaba de Minho porque no recordaba nada más.
No alcanzaba a
recordar la primera vez que le había visto, caminando hacia él, tan guapo, con
chamarra de cuero y con las manos metidas entre el jean entubado, dirigiéndole
una sonrisa amable y perturbadora, mientras que esos hermosos ojos oscuros y
saltones, increíblemente sensuales, parecían devorar todo lo de su alrededor.
No recordaba que miles de mariposas le habían revoloteado en el estómago, hasta
el punto de jurar que tenía un montón de parásitos y casi le habían hecho ir al
médico. No recordaba la primera vez que le había abrazado, ni como sintió sus
piernas convertirse en gelatina y una descarga eléctrica cruzar su columna
vertebral, alterándolo de tal manera que estuvo varios días soñando con
hombrecitos de jengibre que le chuzaban el trasero con sus bastoncitos de dulce
y le gritaban en su cara que estaba loco por enamorarse de ese chico, mientras
un Minho reía divertido desde un rincón
disfrazado de rana. No podía recordar como su corazón pareció rebotar
una y otra vez contra su pecho la primera vez que se atrevió a tomar sus labios
gruesos y dulces sin permiso, mientras Minho dormía en su habitación, una vez
que le había invitado a su casa, con la excusa de que le explicase un tema de
química. Ni mucho menos la primera vez que había hecho el amor o más bien,
había tenido sexo salvaje, dentro de uno de los cubículos del baño de la
universidad en un receso no programado de la aburrida clase de cálculo en
varias variables y había escuchado por primera vez, lo celestial del tono grave
de su voz mientras gemía y le llamaba por su nombre, mientras se enterraba en
él. No podía recordar nada, porque todo era un revoltijo de imágenes y momentos
que ahora le provocaban arcadas en medio de su dolor. Porque ahora estaba
seguro que Minho nunca había experimentado algo semejante a lo que había
sentido Taemin gracias a él. Y esa sonrisa no era nada más que una burla a su
ingenuidad.
Todo había sido una hermosa mentira. La más bella de ellas.
La mentira que le
había dado una razón para levantarse, comer, sonreír y no querer dormir para
alcanzar a apreciar lo suficiente los rasgos de Minho durante el tiempo que
pasaban juntos y deleitarse ante cada una de las palabras que salían de su
divina boca. Minho se había convertido en su todo inconscientemente.
Estiró una mano y se
apartó un mechón de cabellos castaños que había caído rebeldemente sobre sus
ojos y miró indiferente sus manos heladas que no paraban de temblar con la baja
temperatura de aquella noche. ¿Ahora qué?
¿Qué sería de él sin
Minho?
Claro, Taemin
decidiría levantarse de aquel banquillo con el poco de dignidad que le quedaba.
Caminaría con seguridad y sonreiría porque Minho no había sido más que otro de
esos idiotas con los que te tienes que cruzar en la vida. Regresaría a casa y
borraría cualquier rastro. Conseguiría un nuevo empleo y continuaría con su
carrera. Descubriría el amor en algún otro chico o chica y disfrutaría de
interesantes conversaciones y placenteras noches de sexo. Tendría dos pequeños
hijos y sería el mejor padre. En todo caso, sería feliz.
No. Ni una sola de estas
ideas pasó por su cabeza. Solo podía sentir que su corazón caería
irremediablemente en cualquier momento sobre el césped y rodaría hasta alcanzar
la orilla del lago y se hundiría allí y a nadie le importaría. Esa verdad le
estaba carcomiendo lentamente sin piedad como una especie de enfermedad
terminal que había aparecido de la nada y aunque intentaba hacerse creer que
podría superarlo, sabía que esto era peor que morir y que incluso eso no sería
suficiente. Estaba solo, completamente solo.
Apoyo ambos codos
sobre sus rodillas y dejó que su cabeza cayera entre sus palmas. Ahora parecía
incapaz de respirar para sollozar nuevamente y una sensación dolorosa de
ahogamiento se instaló a lo largo de su garganta, quemándole con rabia. Puto
Minho.
Cerró los ojos con
fuerza mientras intentaba tragar saliva. No funcionó pero tampoco se alarmó.
Siempre que se sentía
frustrado o simplemente triste, acostumbraba a ir a la orilla de aquel lago y
dejaba que las penas de su corazón escaparan de su cuerpo por medio de las
lágrimas. No es que fuese un llorón o alguien demasiado sensible, simplemente
prefería evitar cargar con demasiado peso en su alma y alguna vez había oído
que llorar era la forma más efectiva de liberarse. Y así lo creía. Lloraba
hasta que parecía que sus ojos rojos saldrían de sus cuencas y hasta que sus
sollozos le ahogaran. Y siempre sin falta, él lograba aparecer en el momento
preciso, con un pañuelo en su mano y una mirada cálida.
Minho siempre le
obligaba a apoyar su cabeza en el hueco de su hombro y le acariciaba el rostro suavemente
con dulzura. Aquellas veces, Minho no había pronunciado una sola palabra y se
tomaba todo el tiempo del mundo para besarlo como nunca antes, con tanto cariño
y esmero, con tanta timidez y amor, en un intento casi fallido de devolverle el
aire que le faltaba. Recordaba cada movimiento de su lengua alrededor de sus
labios salados y húmedos por las lágrimas, lento y agradable, como si al ser capaz
de desaparecer hasta el último resquicio de sal de su piel pudiera borrar todo
su dolor. Recordaba incluso el compás de su respiración, el largo de sus
pestañas cuando cerraba sus ojos, sus manos torpemente enredadas entre su
cabello y cuello y sus latidos arrítmicos. Cada beso era mágico. Tanto así, que
incluso creo con sus penas una excusa con la cual poder disfrutar de aquel
momento íntimo. Era extrañamente masoquista pero no le importó. Era suyo, solo
suyo. Y es por eso que a pesar de que terminaba aún más ahogado que antes,
sonreía. Creyó en el fondo que eso nunca cambiaría y un atisbo de esperanza le
iluminó de repente.
Minho vendría.
Y le besaría así y él
volvería a ahogarse de felicidad. Y olvidarían aquella carta, aquel corazón
vacío y aquella alma rota. No recordarían las mentiras ni ninguna de aquellas
lágrimas y mucho menos el dolor. Minho le susurraría que le necesitaba, que le
quería y que no era necesario que llorase una vez más para recibir algo de su
amor. Lo harían una vez más bajo la luna, a la sombra del árbol viejo que
reposaba cansado detrás de la banca y luego, huirían tomados de la mano en
busca de un café.
Solo debía esperarlo…
¿Verdad?
____________________________________________
Paris ~EunHae~.
domingo, 21 de octubre de 2012 / 19:29
This is one of my favorites ;A;. Yes, I love Paris, it's incredible and magnificent. I visited Paris, one year ago, and still I can remember that special feeling that invades you when you're there. Hope you enjoy it! Comments are bellow all post or you can talk to me through the little and pink chat box :).
Paris.
De
entre los días peculiares y poco usuales de la vida de Lee Hyuk Jae, este era
uno especial. Especial significaba que era uno extrañamente ‘normal’,
cosa que definitivamente rayaba en su lógica y que, por cierto, ahora que lo
pensaba, le hacía sentirse como alguien más en medio de la masa humana que se
arremolinaba pudorosa esa mañana en la ciudad de Paris.
Aún
mientras intentaba terminar de cepillarse los dientes con una mano y meterse un
zapato con la otra, supo que aquel día iba a ser infinitamente largo y que, con
el sol del verano encima, iba a ser jodidamente extenuante. Claro, si es que
lograba llegar a tiempo para su trabajo.
Pero
el punto no era ese.
Todo
radicaba en que, tenía una especie de presentimiento –esos que su vieja abuela juraba,
eran su don- que le decía que algo iba a
pasar. Sabía que el que su teléfono de mano se hubiese descargado en medio de
la noche –y con él, la sagrada alarma que ponía todos los días de la semana a
las 6:25 a.m.- y que su vecino no se hubiese ido a bañar, en la ducha ‘patentada’
entre todos los que habitaban en ese piso -justo al final del pasillo, al lado
de su puerta y que no paraba de repicar con su maldito goteo incesante incluso
en sus sueños- a las 6:35, no era casualidad. Lee Hyuk Jae no era paranoico,
nada de eso, sólo es que, mirándose al espejo intentando acomodarse el cabello
teñido rojo que le caía desgarbado sobre el rostro delgado y famélico, aun no
podía creer que hubiese dormido tan profundamente hasta que el sol se hubiese
alzado en el cielo y le hubiera rebotado con un haz de luz directo en la cara.
Siendo
como era, se sentía algo extraño y cohibido. Pensándolo bien, no era como si se
hubiese levantado con el pie izquierdo, no, no, no; sino al contrario: su
felicidad espontánea era inexplicable y abrumadora. Era brillante, inquieta,
infantil.
Era
como si hubiese pisado de nuevo Paris por primera vez.
Lanzó
un vistazo furtivo hacia la única ventana que poseía el cuarto y a través del
vidrio polvoriento, alcanzó a ver la puntita de la torre Eiffel que no tapaba
el letrero exagerado y anticuado del hotel de enfrente. Suspiró. Malditos
costos elevados, maldito pequeño sueldo.
De
todas maneras, alzó su vieja mochila de cuero donde acostumbraba a cargar
algunos bocetos y uno que otro dulce y la colgó en su hombro. Repasó con la
vista cada rincón fugazmente para mirar si no había olvidado empacar algo y
guardó sus llaves en uno de los bolsillos traseros de su jean junto con la
billetera. Abrió la desaliñada puerta que conectaba su espacio personal casi
pulcro con el sucio pasillo de madera y, con una sonrisa estúpida insertada en
su rostro, decidió dejar de darle vueltas al asunto y salió de su pequeño y
antiquísimo departamento.
Y
así como cuando abres los ojos cada mañana y el reflejo del sol penetra tan
hondo en tus pupilas casi dejándote ciego y fascinado, chocó contra ella. Contra
aquella sonrisa torpe y blanca enmarcada entre aquel par de labios rosas que
gesticulaban un ‘lo siento’.
Entonces
lo supo, el por qué el destino mismo se encargaba de encajar cada una de las
piezas su rompecabezas, desenmarañando sin escrúpulos y deshaciendo su rutina
de manera tan brutal. La felicidad había escogido el lugar y momento preciso
para arrancarle el aliento.
__________________________________
/ 19:13
Hi~~
Well this is really my first post xD. I'm trying to practise my english skills on here but, basically, I'll post some of my fanfictions, which are in spanish. I'm sorry ;;, someday i'll translate it for you... meanwhile, use Google Translator D:... Anyway, I'll post some random stuff too, some pics, some videos, some books. Hope you enjoy it :3.
Most of my writings are based on Kpop idols, specially my favorite group, Super Junior ;A;♥. I must say that i never wrote before at school but then, i decided to start because of these boys. It really doesn't make sense but there's something called 'Fanservice culture' and if you are into it, definitely you will try it once.
It's just that i fell in deepest love with making up stories.
Ah~ if you don't get names or whatever, forgive me D:. Just think of them as 'The boy' and 'the girl' or... xD.
Oh! I have forgot... my favorite 'literary genre' -it shouldn't be called like that lol- is called angst. Literally, -found it on Retentive General Fandom and Fanfiction Glossary, ''Angst implies putting fanfic characters through the wringer emotionally/physically/mentally and making the readers feel for them.''
I can't change that, i'm so bad with pluffy and sweet things D:.
Name: Melissa.
D.O.B: February 28th ♥.
Birthplace: Bogotá, Colombia.
Height: 1.60 mts /yes, too short/~,
Weight: 50 kg /yeees ♥/
Blood type: Is this necessary? ᄏᄏᄏ.
Favorite Color: Not sure. All colours are just precious, don't you think?
Music: As you can listen... yes. KPop xD, KBallads -lol-, KRock, KIndie(?), R&B. Will be adding new genders while i update, enjoy my favorite ones <3.
Favorite Food/Drink: Definitely... ICE CREAM C3>
Hobbies: Watching K-dramas? ᄏᄏᄏ.
Good at: Drawing, traveling(?) & singing -that's what my mom says-. In any case, good at LIVING ♥.
Cruel Fairy Tales (I, II)
martes, 6 de mayo de 2014 / 21:33
Ok, since it has been a long time and I should post everything I have written... here we go. A song fic, based on IU's 'Cruel Fairy Tales (link: Cruel Fairy Tales). This song is incredible nice, somehow it really fits me well so these stories were born from it. Listen at it while you read please~ Part III (last) it's missing (and per a long time, no inspiration at all).
Enjoy!
CRUEL
FAIRY TALES – I
Tal vez porque el camino que
conduce a mí es peligroso,
tú estás perdido.
Pero un día, así como estoy
sonriendo,
me quedaré dormida entre tus
brazos.
~----~
Uno… dos…
tres.
Se balancea,
cierra sus ojos.
~----~
Sus dedos se
han enredado entre la gravilla rebelde quemada por el sol, sus piernas se han
entumido sentadas entre la quietud. Sus dientes han chocado enojados por causa
del frío y sus ojos, sus oscuros y brillantes ojos, se han posado
inevitablemente sobre él.
~----~
Uno… dos…
tres.
Una vuelta
más.
Sus rubios
cabellos se mecen al ritmo del silencio insondable.
~----~
Le ha
sonreído, lo sabe… aún entre las sombras que se proyectan traviesas sobre las
cientos de rosas rojas que, tras su espalda, han comenzado lentamente a morir.
Oye como el pasto cruje duro bajo aquellos pies desnudos que han comenzado a
dar pasos sutiles, como se retuerce ante el inminente roce de su piel contra la
tierra.
~----~
Uno… dos…
tres.
Sus mejillas
se tornan rojas.
Sus labios
se tuercen en una sonrisa.
Sus manos
pasean entre el viento que se atreve a tocarle.
~----~
Escucha la
respiración entrecortada por el cansancio y el bombeo arrítmico de un corazón
inmerso bajo aquella blanquecina capa de piel. Y es entonces cuando siente como
el viento helado los traspasa, los une y ríe.
~----~
Uno… dos…
tres.
Cuatro.
CRUEL FAIRY TALES - II
Cuando esta noche termine
vendrás a despertarme
pisando ligeramente las lagrimas
que una a una voy derramando.
Late, late, una vez más.
Y ríe, ríe hasta el final.
~----~
Rojas.
Siempre así, sus mejillas.
Retorciéndose
en medio de la ingravidez, pues le sonríe.
Se sonríen.
¿Serán
dulces sus labios?
¿Serán
suaves sus caricias?
Sus dedos se
han entrelazado temblorosos.
Sus manos
pálidas se han encerrado en las del otro.
~----~
Dulce, dulce como la miel,
esa boquita debe de ser.
~----~
Y aquel
cabello rubio ondeante se ha deslizado con delicadeza sobre él. Aquella boquita
rosa se ha enterrado ya entre su cuello y aquellos delgados dedos han
rozado su piel.
Toca, lame,
besa.
Y quema.
~----~
El cielo es nacarado.
Y la locomotora sigue girando.
~----~
La cordura
ha desaparecido de aquellos que en la oscuridad, ruegan por cariño.
Su pasión es
deleite y necedad.
Un ritmo
intocable marcado sin piedad.
Una mentira
íntima, una sin control.
Una regla
nueva que se ha instaurado hoy.
Pero no lo
olvides, susurrarle… gímele tu amor.
Y dile que,
no existirá un mañana para los dos.
Mátame, amor. ~KyuMin~
domingo, 18 de noviembre de 2012 / 19:44
Hiii~ long time without posting stg~ these days had been crazy ;A;. Anyway, this is one of my favorite stories, I just love it, I was sooo happy abt being able to write this amazing short fic -I think so xD- & that's all what I can say. Hope you like it~
PD. -Spanish unique version-: Es tan gheiiii como yo :3.
Mátame,
amor.
-Mátame.
El frío permaneció cortando
nuestra piel y nuestras respiraciones se hicieron entrecortadas. El vaho salió
de nuestras bocas y deambuló vagabundo ante nuestros ojos.
-Mátame- repetiste y reí.
No eras absurdo, ni
incoherente. Nada de eso. Sólo decías lo que tenías que decir.
Y entonces, empezó a
llover.
⃘⃘⃘⃘⃘
El hombre tropezó
ridículamente. Nadie le detuvo, nadie lo intentó.
Fue entonces cuando sus
manos pulidas de rasguños se llenaron.
Y sus ojos agudos,
lágrimas derramaron.
Dime, ¿no te hiciste
así?
Tú, con tus palabras.
Yo, con mis sonrisas.
Pero, ¿quién lo
predeciría?
Eres el estorbo en el
suelo con el que he de caer.
Ambos somos radítraseros
y eso, es lo que me sigue atando a ti.
Así que, déjame ir.
⃘⃘⃘⃘⃘
-Uno~, dos.
La suela de goma falsa de
mis botas se hunde entre los charcos que la lluvia ha surcado entre la
gravilla. Aunque ha parado de llover, no te atreves a bajar tu sombrilla. Aún
sin mirarte, anhelo romper el silencio crudo que hemos establecido entre los dos,
un silencio que, a pesar de que intente ser roto con palabras, dejará rastros
enterrados entre nuestro ser.
-Sung Min-ah.
-¿Hmmm?
El gélido viento te insta a
apuntar el último botón de tu fea gabardina vieja.
-Mátame.
Eres tan hermoso. Mis
mejillas enrojecen ante tu mirada anhelante.
-¿Lo harás?-me preguntas, y
sé que temes oír una negativa de mi parte. Oh, Dios. Eres tan imbécil.
-Sí.
Esta vez, el charco se hace
más profundo y el agua sucia moja mis calcetines favoritos. Sonrío, tal y cómo
lo hago cada segundo que paso contigo.
-Kyu Hyun-ah~.
No me respondes, pero al
contrario que tú, no temo girarme y no encontrarte allí, porque tus pasos te
delatan y tus suspiros acompasados no dejan de marcar el ritmo que he impuesto
en ti.
-Kyu Hyun-ah~~.
-¿Hmmm?
-¿Crees que lloverá de
nuevo?
-Tal vez.
-Yo creo que no. Mira,
allá~, sobre aquella nube que tiene forma de calabaza, el sol ha dejado de
esconderse.
-¿Y tú?
-¿Yo? Kyu Hyun-ah, no
juegues. Estoy hablando seriamente.
-Claro. Yo también.- replicas
mientras me tomas de la mano. Para cuando lo noté, tus pantalones embarrados
escurrían desagradablemente gracias a mí. Son las claras consecuencias de
caminar al lado de Lee Sung Min un día lluvioso.
-Esa sombrilla es ridícula.
-Entonces, cómprame una
nueva.
-Lo haré. Será rosa, y
tendrá cientos de conejitos regados sobre la tela. ¿Así está bien?
-Siento que me veré como
una atracción de circo, pero no pondré los wons que vale, así que supongo que
deberé aceptarla así.
Tus dedos lánguidos y congelados
se cierran con más fuerza sobre los míos. No deberías dejar que el silencio se
interponga entre nosotros de nuevo.
-¿Debería besarte?- me
preguntas y mi corazón para. Lo haces bien Cho Kyu Hyun, lo haces bien.
-¿Por qué?- susurro.
Y entonces me sueltas de la
mano y continúas caminando sin mí.
-Mátame y lo sabrás.
⃘⃘⃘⃘⃘
-KyuHyun-ah.
Tus labios pálidos se
ciernen sobre el borde de la copa de vino manchada. No me miras, no me sientes.
-Kyu Hyun-ah, ¿hace frío?
Bebes un trago más y las
finas arrugas que están comenzando a surcar tu piel se hacen notorias ante la
expresión desgastada de tu rostro. Tu imperfecto rostro.
-Kyu Hyun-ah, ¿estaría bien
odiarte?
Al fin me observas.
Intentas sonreír mientras asientes y tu mano huesuda suelta al fin la mía.
-Maldita sea, no podría
odiarte más. Te odio, te odio, te odio.
Ríes cansado y no puedo
evitar creer que, si llegases a tener un hijo, una esposa o incluso una familia
entera, seguirías siendo igual de absurdo.
-Y entonces, ¿así está
bien? -digo. La bufanda verde vómito se ha escurrido de mi cuello y la ves caer
con envidia sobre mi pecho.
-¿El qué?
-Te he matado.
Frunces el ceño y empuñas
la botella que yace sobre la mesa entre nosotros. Ahora, son simplemente tú y
ella, una adicción añeja que el tiempo no ha dejado corroer. Como nosotros,
pero diferente.
Pero sé que no será igual.
Esta vez permanecerás sentado, regalándole el roce de tu boca solo a ella, las
caricias de tus dedos largos a su helado contorno y no me mirarás, no hasta que
sea de mañana y tu inconsciencia te permita regalarme una última sonrisa antes
de caer dormido.
⃘⃘⃘⃘⃘
Cuando entiendas que es
lo que yo defino como amor, sabrás que ya no me amas.
⃘⃘⃘⃘⃘
-Verás- señalas con el
índice hacia el cielo estrellado sin notar la humedad que se ha extendido sobre
los codos de tu cárdigan motoso con rayas- cada estrella tiene una historia.
Las más antiguas, brillan más que las jóvenes, tanto así que en algún punto
explotan.
-¿Y qué ocurre con las
jóvenes?
Te encoges de hombros y las
críticas con propiedad.
-Nada. Solo quieren ser
igual de geniales que las viejas, así que se la pasan intentando obtener un
poco de su sabiduría. Hay algunas que lo hacen y otras no.
-¿Y qué hay con las
fugaces? ¿De verdad cumplen deseos?
-Esas son distintas.
Brillan y corren por el espacio, sin importarles lo que las otras digan o
hagan. A veces son buenas, y otras no. Pero siempre, siempre, las verás
destilando luz para que otras entiendan que ellas nacieron para vivir y
disfrutar. Y de verdad.
-Pero no me respondiste,
Kyu Hyunnie. ¿Cumplen o no deseos?
-Depende. Si tu deseo les
gusta cuando se lo hayas gritado. Ellas solo hacen lo que quieren.
-¿Y cuál es tu deseo más
grande?
Giras la cabeza hacia mi
rostro y el rocío del pasto se pega a tu cabello.
-Por ahora, aprender
astronomía, ¿y el tuyo?
-Vivir.
Me miras con lástima.
Arrancó más raíces del suelo y te las lanzó. Sé que no derramas lágrimas
silenciosas mientras toses porque se te ha atascado un trozo de gravilla entre
la garganta. Lloras por mí y no entiendo porque.
-Mierda, Lee Sung
Min-dices, y te reprocho con la mirada aquella palabrota- mátame.
-Kyu Hyunnie, ya lo hice.
-Mátame de otra forma. De
alguna otra manera, en la que te pueda decir a los ojos que te amo, que eres lo
único que tengo y que deseo hacerte el amor mil y una veces. Mátame, para que
pueda tocarte en realidad y no parecer un puto loco que habla solo.
Al fin lo dices. Al fin me
has abierto tu corazón y le has sonreído al mío.
-Yo ya te maté. No lo haré
dos veces. Deja de llorar, que no pareces tú.
Te levantas y veo rabia en
tus ojos negros y apagados. A veces, deseo que me maldigas y me olvides, pero
eso no lo sabrás nunca, porque hay cosas que nunca se podrán poner en palabras.
Y yo soy egoísta y quiero tu todo, sólo para mí, aún después de dejarte,
después de morir.
-¡¿Crees que no lo he
intentado?! ¡Tú me cambiaste! ¡Sólo debes matarme, imbécil!
Tu pecho sube y baja
alterado. Me has gritado, por primera vez, y aunque siempre creí que sería lo
peor que me podría pasar en la vida, me has hecho sentir feliz. Pero no es
suficiente.
-Toda tu genialidad se ha
ido al caño, Cho Kyu Hyun. Porque cada vez soy menos real, porque cada vez tú
lo eres menos para mí y porque tendrás que olvidarme tarde o temprano.
La verdad nos abofetea y
empaña mis ojos. Y entonces, ambos vemos como cientos de estrellas fugaces han
comenzado a caer. Ríes y te escondes entre mis brazos. Porque ellas nos han
mirado y se han apiadado de nosotros, una vez más.
El calor de tu cuerpo se ha
prendido, por última vez, a mi piel.
-Te amo. Más que a nada,
más que a nadie.- susurras.
Y entonces, me besas.
SYLLABLES ~2MIN~.
lunes, 22 de octubre de 2012 / 21:22
Hello~ Well, this time i decided to post sooner. Why? Because the thrills i tried to describe bellow, seems to much as I'm feeling today and it's perfect(?) in many ways. I would love to write an 'End' for this, but I cannot. I think i'm not able yet. Just think on this as a crazy whim of a crazy writer. Thanks for reading. Pd. As usual, think as TaeMin as a girl or... wtv.
__________________________
SYLLABLES.
Una vez más tomó la
arrugada carta que yacía a su lado sobre la banca en la que se encontraba
sentado y la escudriñó con lástima, antes de apretarla con sus manos y romperla
de una vez por todas. Entre lágrimas alcanzó a distinguir varios de esos trazos
exquisitamente escritos por la conocida mano de Choi Minho caer sobre la hierba
a sus pies y sonrió. Se sorprendió ante lo estúpido que podía llegar a ser por
seguirle admirando a pesar de todo. Tal vez Lee Taemin era masoquista o
simplemente, un chico enamorado.
Fijó su vista sobre el
lago en frente de él, sin realmente verlo. Ya era de noche y aunque las negras
aguas estaban iluminadas tenuemente por un rayo tímido de la luz reflejada por
la luna, haciéndolas parecer oscuras, profundas y algo tenebrosas, Taemin
seguía allí inconsciente y ajeno a todo. Porque aun en su cabeza no cabía la
idea de que un trocito de papel fuese capaz de destrozar su corazón de aquella
forma y mucho menos de cómo alguien podía ser tan cobarde como para no decirle
las cosas de frente. O por teléfono. O por el chat.
Si, sonaba absurdo,
pero en lo más profundo, sabía que todo sería un poquito más soportable de
llevar si no Minho no hubiese desaparecido así no más y lo único que le
indicaba que seguía vivo era una hojita azul tamaño carta, algo arrugada y con
elefantitos parados sobre pequeños honguitos en la orilla-que estaba seguro le
había robado a algún infante que se había cruzado por su camino- y que le había
llegado luego de tres duras semanas de desesperación y le decía que todo
acababa.
¿Qué acababa? ¿Y
cuándo había empezado?
Esa carta solo era un
montón de basura.
Miró con despreció los
cientos de trocitos desperdigados por el suelo, que comenzaban a alejarse uno a
uno bajo la influencia del viento gélido que azotaba los árboles circundantes.
Los miró con ira y desilusión, antes de levantarse de su asiento y comenzar a
recolectarlos uno por uno, y pensar la
manera más ingeniosa en la que podría unirlos todos así se gastase una tarde
entera.
No, Lee Taemin en
verdad era un estúpido.
Una vez los hubo
recogido todos, los puso delicadamente dentro del bolsillo de su chaqueta
deportiva y se dejó caer de nuevo sobre la silla. Su estómago rugió gracias al
hambre, pero lo ignoró casi olímpicamente y suspiró, mientras limpiaba el
último rastro de lágrimas de su rostro.
-Choi Minho, eres un
imbécil-soltó al aire, esperando con suerte, que esas palabras le llegasen y
le taladraran al menos la conciencia.
Cerró los ojos y empujó su cabeza hacia atrás, intentado con todas sus fuerzas
olvidar por un segundo todo el remolino de emociones en su pecho, pero
involuntariamente, su mente revivió la última sonrisa que recibió del moreno.
No se le hizo extraño el hecho de no poder derramar más lágrimas y se contentó
con sollozar dolorosamente. Ahora que lo pensaba, eso era lo único que le
quedaba de Minho porque no recordaba nada más.
No alcanzaba a
recordar la primera vez que le había visto, caminando hacia él, tan guapo, con
chamarra de cuero y con las manos metidas entre el jean entubado, dirigiéndole
una sonrisa amable y perturbadora, mientras que esos hermosos ojos oscuros y
saltones, increíblemente sensuales, parecían devorar todo lo de su alrededor.
No recordaba que miles de mariposas le habían revoloteado en el estómago, hasta
el punto de jurar que tenía un montón de parásitos y casi le habían hecho ir al
médico. No recordaba la primera vez que le había abrazado, ni como sintió sus
piernas convertirse en gelatina y una descarga eléctrica cruzar su columna
vertebral, alterándolo de tal manera que estuvo varios días soñando con
hombrecitos de jengibre que le chuzaban el trasero con sus bastoncitos de dulce
y le gritaban en su cara que estaba loco por enamorarse de ese chico, mientras
un Minho reía divertido desde un rincón
disfrazado de rana. No podía recordar como su corazón pareció rebotar
una y otra vez contra su pecho la primera vez que se atrevió a tomar sus labios
gruesos y dulces sin permiso, mientras Minho dormía en su habitación, una vez
que le había invitado a su casa, con la excusa de que le explicase un tema de
química. Ni mucho menos la primera vez que había hecho el amor o más bien,
había tenido sexo salvaje, dentro de uno de los cubículos del baño de la
universidad en un receso no programado de la aburrida clase de cálculo en
varias variables y había escuchado por primera vez, lo celestial del tono grave
de su voz mientras gemía y le llamaba por su nombre, mientras se enterraba en
él. No podía recordar nada, porque todo era un revoltijo de imágenes y momentos
que ahora le provocaban arcadas en medio de su dolor. Porque ahora estaba
seguro que Minho nunca había experimentado algo semejante a lo que había
sentido Taemin gracias a él. Y esa sonrisa no era nada más que una burla a su
ingenuidad.
Todo había sido una hermosa mentira. La más bella de ellas.
La mentira que le
había dado una razón para levantarse, comer, sonreír y no querer dormir para
alcanzar a apreciar lo suficiente los rasgos de Minho durante el tiempo que
pasaban juntos y deleitarse ante cada una de las palabras que salían de su
divina boca. Minho se había convertido en su todo inconscientemente.
Estiró una mano y se
apartó un mechón de cabellos castaños que había caído rebeldemente sobre sus
ojos y miró indiferente sus manos heladas que no paraban de temblar con la baja
temperatura de aquella noche. ¿Ahora qué?
¿Qué sería de él sin
Minho?
Claro, Taemin
decidiría levantarse de aquel banquillo con el poco de dignidad que le quedaba.
Caminaría con seguridad y sonreiría porque Minho no había sido más que otro de
esos idiotas con los que te tienes que cruzar en la vida. Regresaría a casa y
borraría cualquier rastro. Conseguiría un nuevo empleo y continuaría con su
carrera. Descubriría el amor en algún otro chico o chica y disfrutaría de
interesantes conversaciones y placenteras noches de sexo. Tendría dos pequeños
hijos y sería el mejor padre. En todo caso, sería feliz.
No. Ni una sola de estas
ideas pasó por su cabeza. Solo podía sentir que su corazón caería
irremediablemente en cualquier momento sobre el césped y rodaría hasta alcanzar
la orilla del lago y se hundiría allí y a nadie le importaría. Esa verdad le
estaba carcomiendo lentamente sin piedad como una especie de enfermedad
terminal que había aparecido de la nada y aunque intentaba hacerse creer que
podría superarlo, sabía que esto era peor que morir y que incluso eso no sería
suficiente. Estaba solo, completamente solo.
Apoyo ambos codos
sobre sus rodillas y dejó que su cabeza cayera entre sus palmas. Ahora parecía
incapaz de respirar para sollozar nuevamente y una sensación dolorosa de
ahogamiento se instaló a lo largo de su garganta, quemándole con rabia. Puto
Minho.
Cerró los ojos con
fuerza mientras intentaba tragar saliva. No funcionó pero tampoco se alarmó.
Siempre que se sentía
frustrado o simplemente triste, acostumbraba a ir a la orilla de aquel lago y
dejaba que las penas de su corazón escaparan de su cuerpo por medio de las
lágrimas. No es que fuese un llorón o alguien demasiado sensible, simplemente
prefería evitar cargar con demasiado peso en su alma y alguna vez había oído
que llorar era la forma más efectiva de liberarse. Y así lo creía. Lloraba
hasta que parecía que sus ojos rojos saldrían de sus cuencas y hasta que sus
sollozos le ahogaran. Y siempre sin falta, él lograba aparecer en el momento
preciso, con un pañuelo en su mano y una mirada cálida.
Minho siempre le
obligaba a apoyar su cabeza en el hueco de su hombro y le acariciaba el rostro suavemente
con dulzura. Aquellas veces, Minho no había pronunciado una sola palabra y se
tomaba todo el tiempo del mundo para besarlo como nunca antes, con tanto cariño
y esmero, con tanta timidez y amor, en un intento casi fallido de devolverle el
aire que le faltaba. Recordaba cada movimiento de su lengua alrededor de sus
labios salados y húmedos por las lágrimas, lento y agradable, como si al ser capaz
de desaparecer hasta el último resquicio de sal de su piel pudiera borrar todo
su dolor. Recordaba incluso el compás de su respiración, el largo de sus
pestañas cuando cerraba sus ojos, sus manos torpemente enredadas entre su
cabello y cuello y sus latidos arrítmicos. Cada beso era mágico. Tanto así, que
incluso creo con sus penas una excusa con la cual poder disfrutar de aquel
momento íntimo. Era extrañamente masoquista pero no le importó. Era suyo, solo
suyo. Y es por eso que a pesar de que terminaba aún más ahogado que antes,
sonreía. Creyó en el fondo que eso nunca cambiaría y un atisbo de esperanza le
iluminó de repente.
Minho vendría.
Y le besaría así y él
volvería a ahogarse de felicidad. Y olvidarían aquella carta, aquel corazón
vacío y aquella alma rota. No recordarían las mentiras ni ninguna de aquellas
lágrimas y mucho menos el dolor. Minho le susurraría que le necesitaba, que le
quería y que no era necesario que llorase una vez más para recibir algo de su
amor. Lo harían una vez más bajo la luna, a la sombra del árbol viejo que
reposaba cansado detrás de la banca y luego, huirían tomados de la mano en
busca de un café.
Solo debía esperarlo…
¿Verdad?
____________________________________________
Paris ~EunHae~.
domingo, 21 de octubre de 2012 / 19:29
This is one of my favorites ;A;. Yes, I love Paris, it's incredible and magnificent. I visited Paris, one year ago, and still I can remember that special feeling that invades you when you're there. Hope you enjoy it! Comments are bellow all post or you can talk to me through the little and pink chat box :).
Paris.
De
entre los días peculiares y poco usuales de la vida de Lee Hyuk Jae, este era
uno especial. Especial significaba que era uno extrañamente ‘normal’,
cosa que definitivamente rayaba en su lógica y que, por cierto, ahora que lo
pensaba, le hacía sentirse como alguien más en medio de la masa humana que se
arremolinaba pudorosa esa mañana en la ciudad de Paris.
Aún
mientras intentaba terminar de cepillarse los dientes con una mano y meterse un
zapato con la otra, supo que aquel día iba a ser infinitamente largo y que, con
el sol del verano encima, iba a ser jodidamente extenuante. Claro, si es que
lograba llegar a tiempo para su trabajo.
Pero
el punto no era ese.
Todo
radicaba en que, tenía una especie de presentimiento –esos que su vieja abuela juraba,
eran su don- que le decía que algo iba a
pasar. Sabía que el que su teléfono de mano se hubiese descargado en medio de
la noche –y con él, la sagrada alarma que ponía todos los días de la semana a
las 6:25 a.m.- y que su vecino no se hubiese ido a bañar, en la ducha ‘patentada’
entre todos los que habitaban en ese piso -justo al final del pasillo, al lado
de su puerta y que no paraba de repicar con su maldito goteo incesante incluso
en sus sueños- a las 6:35, no era casualidad. Lee Hyuk Jae no era paranoico,
nada de eso, sólo es que, mirándose al espejo intentando acomodarse el cabello
teñido rojo que le caía desgarbado sobre el rostro delgado y famélico, aun no
podía creer que hubiese dormido tan profundamente hasta que el sol se hubiese
alzado en el cielo y le hubiera rebotado con un haz de luz directo en la cara.
Siendo
como era, se sentía algo extraño y cohibido. Pensándolo bien, no era como si se
hubiese levantado con el pie izquierdo, no, no, no; sino al contrario: su
felicidad espontánea era inexplicable y abrumadora. Era brillante, inquieta,
infantil.
Era
como si hubiese pisado de nuevo Paris por primera vez.
Lanzó
un vistazo furtivo hacia la única ventana que poseía el cuarto y a través del
vidrio polvoriento, alcanzó a ver la puntita de la torre Eiffel que no tapaba
el letrero exagerado y anticuado del hotel de enfrente. Suspiró. Malditos
costos elevados, maldito pequeño sueldo.
De
todas maneras, alzó su vieja mochila de cuero donde acostumbraba a cargar
algunos bocetos y uno que otro dulce y la colgó en su hombro. Repasó con la
vista cada rincón fugazmente para mirar si no había olvidado empacar algo y
guardó sus llaves en uno de los bolsillos traseros de su jean junto con la
billetera. Abrió la desaliñada puerta que conectaba su espacio personal casi
pulcro con el sucio pasillo de madera y, con una sonrisa estúpida insertada en
su rostro, decidió dejar de darle vueltas al asunto y salió de su pequeño y
antiquísimo departamento.
Y
así como cuando abres los ojos cada mañana y el reflejo del sol penetra tan
hondo en tus pupilas casi dejándote ciego y fascinado, chocó contra ella. Contra
aquella sonrisa torpe y blanca enmarcada entre aquel par de labios rosas que
gesticulaban un ‘lo siento’.
Entonces
lo supo, el por qué el destino mismo se encargaba de encajar cada una de las
piezas su rompecabezas, desenmarañando sin escrúpulos y deshaciendo su rutina
de manera tan brutal. La felicidad había escogido el lugar y momento preciso
para arrancarle el aliento.
__________________________________
/ 19:13
Hi~~
Well this is really my first post xD. I'm trying to practise my english skills on here but, basically, I'll post some of my fanfictions, which are in spanish. I'm sorry ;;, someday i'll translate it for you... meanwhile, use Google Translator D:... Anyway, I'll post some random stuff too, some pics, some videos, some books. Hope you enjoy it :3.
Most of my writings are based on Kpop idols, specially my favorite group, Super Junior ;A;♥. I must say that i never wrote before at school but then, i decided to start because of these boys. It really doesn't make sense but there's something called 'Fanservice culture' and if you are into it, definitely you will try it once.
It's just that i fell in deepest love with making up stories.
Ah~ if you don't get names or whatever, forgive me D:. Just think of them as 'The boy' and 'the girl' or... xD.
Oh! I have forgot... my favorite 'literary genre' -it shouldn't be called like that lol- is called angst. Literally, -found it on Retentive General Fandom and Fanfiction Glossary, ''Angst implies putting fanfic characters through the wringer emotionally/physically/mentally and making the readers feel for them.''
I can't change that, i'm so bad with pluffy and sweet things D:.
Ok, since it has been a long time and I should post everything I have written... here we go. A song fic, based on IU's 'Cruel Fairy Tales (link: Cruel Fairy Tales). This song is incredible nice, somehow it really fits me well so these stories were born from it. Listen at it while you read please~ Part III (last) it's missing (and per a long time, no inspiration at all).
Enjoy!
CRUEL
FAIRY TALES – I
Tal vez porque el camino que
conduce a mí es peligroso,
tú estás perdido.
Pero un día, así como estoy
sonriendo,
me quedaré dormida entre tus
brazos.
~----~
Uno… dos…
tres.
Se balancea,
cierra sus ojos.
~----~
Sus dedos se
han enredado entre la gravilla rebelde quemada por el sol, sus piernas se han
entumido sentadas entre la quietud. Sus dientes han chocado enojados por causa
del frío y sus ojos, sus oscuros y brillantes ojos, se han posado
inevitablemente sobre él.
~----~
Uno… dos…
tres.
Una vuelta
más.
Sus rubios
cabellos se mecen al ritmo del silencio insondable.
~----~
Le ha
sonreído, lo sabe… aún entre las sombras que se proyectan traviesas sobre las
cientos de rosas rojas que, tras su espalda, han comenzado lentamente a morir.
Oye como el pasto cruje duro bajo aquellos pies desnudos que han comenzado a
dar pasos sutiles, como se retuerce ante el inminente roce de su piel contra la
tierra.
~----~
Uno… dos…
tres.
Sus mejillas
se tornan rojas.
Sus labios
se tuercen en una sonrisa.
Sus manos
pasean entre el viento que se atreve a tocarle.
~----~
Escucha la
respiración entrecortada por el cansancio y el bombeo arrítmico de un corazón
inmerso bajo aquella blanquecina capa de piel. Y es entonces cuando siente como
el viento helado los traspasa, los une y ríe.
~----~
Uno… dos…
tres.
Cuatro.
CRUEL FAIRY TALES - II
Cuando esta noche termine
vendrás a despertarme
pisando ligeramente las lagrimas
que una a una voy derramando.
Late, late, una vez más.
Y ríe, ríe hasta el final.
~----~
Rojas.
Siempre así, sus mejillas.
Retorciéndose
en medio de la ingravidez, pues le sonríe.
Se sonríen.
¿Serán
dulces sus labios?
¿Serán
suaves sus caricias?
Sus dedos se
han entrelazado temblorosos.
Sus manos
pálidas se han encerrado en las del otro.
~----~
Dulce, dulce como la miel,
esa boquita debe de ser.
~----~
Y aquel
cabello rubio ondeante se ha deslizado con delicadeza sobre él. Aquella boquita
rosa se ha enterrado ya entre su cuello y aquellos delgados dedos han
rozado su piel.
Toca, lame,
besa.
Y quema.
~----~
El cielo es nacarado.
Y la locomotora sigue girando.
~----~
La cordura
ha desaparecido de aquellos que en la oscuridad, ruegan por cariño.
Su pasión es
deleite y necedad.
Un ritmo
intocable marcado sin piedad.
Una mentira
íntima, una sin control.
Una regla
nueva que se ha instaurado hoy.
Pero no lo
olvides, susurrarle… gímele tu amor.
Y dile que,
no existirá un mañana para los dos.
Mátame, amor. ~KyuMin~
domingo, 18 de noviembre de 2012 / 19:44
Hiii~ long time without posting stg~ these days had been crazy ;A;. Anyway, this is one of my favorite stories, I just love it, I was sooo happy abt being able to write this amazing short fic -I think so xD- & that's all what I can say. Hope you like it~
PD. -Spanish unique version-: Es tan gheiiii como yo :3.
Mátame,
amor.
-Mátame.
El frío permaneció cortando
nuestra piel y nuestras respiraciones se hicieron entrecortadas. El vaho salió
de nuestras bocas y deambuló vagabundo ante nuestros ojos.
-Mátame- repetiste y reí.
No eras absurdo, ni
incoherente. Nada de eso. Sólo decías lo que tenías que decir.
Y entonces, empezó a
llover.
⃘⃘⃘⃘⃘
El hombre tropezó
ridículamente. Nadie le detuvo, nadie lo intentó.
Fue entonces cuando sus
manos pulidas de rasguños se llenaron.
Y sus ojos agudos,
lágrimas derramaron.
Dime, ¿no te hiciste
así?
Tú, con tus palabras.
Yo, con mis sonrisas.
Pero, ¿quién lo
predeciría?
Eres el estorbo en el
suelo con el que he de caer.
Ambos somos radítraseros
y eso, es lo que me sigue atando a ti.
Así que, déjame ir.
⃘⃘⃘⃘⃘
-Uno~, dos.
La suela de goma falsa de
mis botas se hunde entre los charcos que la lluvia ha surcado entre la
gravilla. Aunque ha parado de llover, no te atreves a bajar tu sombrilla. Aún
sin mirarte, anhelo romper el silencio crudo que hemos establecido entre los dos,
un silencio que, a pesar de que intente ser roto con palabras, dejará rastros
enterrados entre nuestro ser.
-Sung Min-ah.
-¿Hmmm?
El gélido viento te insta a
apuntar el último botón de tu fea gabardina vieja.
-Mátame.
Eres tan hermoso. Mis
mejillas enrojecen ante tu mirada anhelante.
-¿Lo harás?-me preguntas, y
sé que temes oír una negativa de mi parte. Oh, Dios. Eres tan imbécil.
-Sí.
Esta vez, el charco se hace
más profundo y el agua sucia moja mis calcetines favoritos. Sonrío, tal y cómo
lo hago cada segundo que paso contigo.
-Kyu Hyun-ah~.
No me respondes, pero al
contrario que tú, no temo girarme y no encontrarte allí, porque tus pasos te
delatan y tus suspiros acompasados no dejan de marcar el ritmo que he impuesto
en ti.
-Kyu Hyun-ah~~.
-¿Hmmm?
-¿Crees que lloverá de
nuevo?
-Tal vez.
-Yo creo que no. Mira,
allá~, sobre aquella nube que tiene forma de calabaza, el sol ha dejado de
esconderse.
-¿Y tú?
-¿Yo? Kyu Hyun-ah, no
juegues. Estoy hablando seriamente.
-Claro. Yo también.- replicas
mientras me tomas de la mano. Para cuando lo noté, tus pantalones embarrados
escurrían desagradablemente gracias a mí. Son las claras consecuencias de
caminar al lado de Lee Sung Min un día lluvioso.
-Esa sombrilla es ridícula.
-Entonces, cómprame una
nueva.
-Lo haré. Será rosa, y
tendrá cientos de conejitos regados sobre la tela. ¿Así está bien?
-Siento que me veré como
una atracción de circo, pero no pondré los wons que vale, así que supongo que
deberé aceptarla así.
Tus dedos lánguidos y congelados
se cierran con más fuerza sobre los míos. No deberías dejar que el silencio se
interponga entre nosotros de nuevo.
-¿Debería besarte?- me
preguntas y mi corazón para. Lo haces bien Cho Kyu Hyun, lo haces bien.
-¿Por qué?- susurro.
Y entonces me sueltas de la
mano y continúas caminando sin mí.
-Mátame y lo sabrás.
⃘⃘⃘⃘⃘
-KyuHyun-ah.
Tus labios pálidos se
ciernen sobre el borde de la copa de vino manchada. No me miras, no me sientes.
-Kyu Hyun-ah, ¿hace frío?
Bebes un trago más y las
finas arrugas que están comenzando a surcar tu piel se hacen notorias ante la
expresión desgastada de tu rostro. Tu imperfecto rostro.
-Kyu Hyun-ah, ¿estaría bien
odiarte?
Al fin me observas.
Intentas sonreír mientras asientes y tu mano huesuda suelta al fin la mía.
-Maldita sea, no podría
odiarte más. Te odio, te odio, te odio.
Ríes cansado y no puedo
evitar creer que, si llegases a tener un hijo, una esposa o incluso una familia
entera, seguirías siendo igual de absurdo.
-Y entonces, ¿así está
bien? -digo. La bufanda verde vómito se ha escurrido de mi cuello y la ves caer
con envidia sobre mi pecho.
-¿El qué?
-Te he matado.
Frunces el ceño y empuñas
la botella que yace sobre la mesa entre nosotros. Ahora, son simplemente tú y
ella, una adicción añeja que el tiempo no ha dejado corroer. Como nosotros,
pero diferente.
Pero sé que no será igual.
Esta vez permanecerás sentado, regalándole el roce de tu boca solo a ella, las
caricias de tus dedos largos a su helado contorno y no me mirarás, no hasta que
sea de mañana y tu inconsciencia te permita regalarme una última sonrisa antes
de caer dormido.
⃘⃘⃘⃘⃘
Cuando entiendas que es
lo que yo defino como amor, sabrás que ya no me amas.
⃘⃘⃘⃘⃘
-Verás- señalas con el
índice hacia el cielo estrellado sin notar la humedad que se ha extendido sobre
los codos de tu cárdigan motoso con rayas- cada estrella tiene una historia.
Las más antiguas, brillan más que las jóvenes, tanto así que en algún punto
explotan.
-¿Y qué ocurre con las
jóvenes?
Te encoges de hombros y las
críticas con propiedad.
-Nada. Solo quieren ser
igual de geniales que las viejas, así que se la pasan intentando obtener un
poco de su sabiduría. Hay algunas que lo hacen y otras no.
-¿Y qué hay con las
fugaces? ¿De verdad cumplen deseos?
-Esas son distintas.
Brillan y corren por el espacio, sin importarles lo que las otras digan o
hagan. A veces son buenas, y otras no. Pero siempre, siempre, las verás
destilando luz para que otras entiendan que ellas nacieron para vivir y
disfrutar. Y de verdad.
-Pero no me respondiste,
Kyu Hyunnie. ¿Cumplen o no deseos?
-Depende. Si tu deseo les
gusta cuando se lo hayas gritado. Ellas solo hacen lo que quieren.
-¿Y cuál es tu deseo más
grande?
Giras la cabeza hacia mi
rostro y el rocío del pasto se pega a tu cabello.
-Por ahora, aprender
astronomía, ¿y el tuyo?
-Vivir.
Me miras con lástima.
Arrancó más raíces del suelo y te las lanzó. Sé que no derramas lágrimas
silenciosas mientras toses porque se te ha atascado un trozo de gravilla entre
la garganta. Lloras por mí y no entiendo porque.
-Mierda, Lee Sung
Min-dices, y te reprocho con la mirada aquella palabrota- mátame.
-Kyu Hyunnie, ya lo hice.
-Mátame de otra forma. De
alguna otra manera, en la que te pueda decir a los ojos que te amo, que eres lo
único que tengo y que deseo hacerte el amor mil y una veces. Mátame, para que
pueda tocarte en realidad y no parecer un puto loco que habla solo.
Al fin lo dices. Al fin me
has abierto tu corazón y le has sonreído al mío.
-Yo ya te maté. No lo haré
dos veces. Deja de llorar, que no pareces tú.
Te levantas y veo rabia en
tus ojos negros y apagados. A veces, deseo que me maldigas y me olvides, pero
eso no lo sabrás nunca, porque hay cosas que nunca se podrán poner en palabras.
Y yo soy egoísta y quiero tu todo, sólo para mí, aún después de dejarte,
después de morir.
-¡¿Crees que no lo he
intentado?! ¡Tú me cambiaste! ¡Sólo debes matarme, imbécil!
Tu pecho sube y baja
alterado. Me has gritado, por primera vez, y aunque siempre creí que sería lo
peor que me podría pasar en la vida, me has hecho sentir feliz. Pero no es
suficiente.
-Toda tu genialidad se ha
ido al caño, Cho Kyu Hyun. Porque cada vez soy menos real, porque cada vez tú
lo eres menos para mí y porque tendrás que olvidarme tarde o temprano.
La verdad nos abofetea y
empaña mis ojos. Y entonces, ambos vemos como cientos de estrellas fugaces han
comenzado a caer. Ríes y te escondes entre mis brazos. Porque ellas nos han
mirado y se han apiadado de nosotros, una vez más.
El calor de tu cuerpo se ha
prendido, por última vez, a mi piel.
-Te amo. Más que a nada,
más que a nadie.- susurras.
Y entonces, me besas.
SYLLABLES ~2MIN~.
lunes, 22 de octubre de 2012 / 21:22
Hello~ Well, this time i decided to post sooner. Why? Because the thrills i tried to describe bellow, seems to much as I'm feeling today and it's perfect(?) in many ways. I would love to write an 'End' for this, but I cannot. I think i'm not able yet. Just think on this as a crazy whim of a crazy writer. Thanks for reading. Pd. As usual, think as TaeMin as a girl or... wtv.
__________________________
SYLLABLES.
Una vez más tomó la
arrugada carta que yacía a su lado sobre la banca en la que se encontraba
sentado y la escudriñó con lástima, antes de apretarla con sus manos y romperla
de una vez por todas. Entre lágrimas alcanzó a distinguir varios de esos trazos
exquisitamente escritos por la conocida mano de Choi Minho caer sobre la hierba
a sus pies y sonrió. Se sorprendió ante lo estúpido que podía llegar a ser por
seguirle admirando a pesar de todo. Tal vez Lee Taemin era masoquista o
simplemente, un chico enamorado.
Fijó su vista sobre el
lago en frente de él, sin realmente verlo. Ya era de noche y aunque las negras
aguas estaban iluminadas tenuemente por un rayo tímido de la luz reflejada por
la luna, haciéndolas parecer oscuras, profundas y algo tenebrosas, Taemin
seguía allí inconsciente y ajeno a todo. Porque aun en su cabeza no cabía la
idea de que un trocito de papel fuese capaz de destrozar su corazón de aquella
forma y mucho menos de cómo alguien podía ser tan cobarde como para no decirle
las cosas de frente. O por teléfono. O por el chat.
Si, sonaba absurdo,
pero en lo más profundo, sabía que todo sería un poquito más soportable de
llevar si no Minho no hubiese desaparecido así no más y lo único que le
indicaba que seguía vivo era una hojita azul tamaño carta, algo arrugada y con
elefantitos parados sobre pequeños honguitos en la orilla-que estaba seguro le
había robado a algún infante que se había cruzado por su camino- y que le había
llegado luego de tres duras semanas de desesperación y le decía que todo
acababa.
¿Qué acababa? ¿Y
cuándo había empezado?
Esa carta solo era un
montón de basura.
Miró con despreció los
cientos de trocitos desperdigados por el suelo, que comenzaban a alejarse uno a
uno bajo la influencia del viento gélido que azotaba los árboles circundantes.
Los miró con ira y desilusión, antes de levantarse de su asiento y comenzar a
recolectarlos uno por uno, y pensar la
manera más ingeniosa en la que podría unirlos todos así se gastase una tarde
entera.
No, Lee Taemin en
verdad era un estúpido.
Una vez los hubo
recogido todos, los puso delicadamente dentro del bolsillo de su chaqueta
deportiva y se dejó caer de nuevo sobre la silla. Su estómago rugió gracias al
hambre, pero lo ignoró casi olímpicamente y suspiró, mientras limpiaba el
último rastro de lágrimas de su rostro.
-Choi Minho, eres un
imbécil-soltó al aire, esperando con suerte, que esas palabras le llegasen y
le taladraran al menos la conciencia.
Cerró los ojos y empujó su cabeza hacia atrás, intentado con todas sus fuerzas
olvidar por un segundo todo el remolino de emociones en su pecho, pero
involuntariamente, su mente revivió la última sonrisa que recibió del moreno.
No se le hizo extraño el hecho de no poder derramar más lágrimas y se contentó
con sollozar dolorosamente. Ahora que lo pensaba, eso era lo único que le
quedaba de Minho porque no recordaba nada más.
No alcanzaba a
recordar la primera vez que le había visto, caminando hacia él, tan guapo, con
chamarra de cuero y con las manos metidas entre el jean entubado, dirigiéndole
una sonrisa amable y perturbadora, mientras que esos hermosos ojos oscuros y
saltones, increíblemente sensuales, parecían devorar todo lo de su alrededor.
No recordaba que miles de mariposas le habían revoloteado en el estómago, hasta
el punto de jurar que tenía un montón de parásitos y casi le habían hecho ir al
médico. No recordaba la primera vez que le había abrazado, ni como sintió sus
piernas convertirse en gelatina y una descarga eléctrica cruzar su columna
vertebral, alterándolo de tal manera que estuvo varios días soñando con
hombrecitos de jengibre que le chuzaban el trasero con sus bastoncitos de dulce
y le gritaban en su cara que estaba loco por enamorarse de ese chico, mientras
un Minho reía divertido desde un rincón
disfrazado de rana. No podía recordar como su corazón pareció rebotar
una y otra vez contra su pecho la primera vez que se atrevió a tomar sus labios
gruesos y dulces sin permiso, mientras Minho dormía en su habitación, una vez
que le había invitado a su casa, con la excusa de que le explicase un tema de
química. Ni mucho menos la primera vez que había hecho el amor o más bien,
había tenido sexo salvaje, dentro de uno de los cubículos del baño de la
universidad en un receso no programado de la aburrida clase de cálculo en
varias variables y había escuchado por primera vez, lo celestial del tono grave
de su voz mientras gemía y le llamaba por su nombre, mientras se enterraba en
él. No podía recordar nada, porque todo era un revoltijo de imágenes y momentos
que ahora le provocaban arcadas en medio de su dolor. Porque ahora estaba
seguro que Minho nunca había experimentado algo semejante a lo que había
sentido Taemin gracias a él. Y esa sonrisa no era nada más que una burla a su
ingenuidad.
Todo había sido una hermosa mentira. La más bella de ellas.
La mentira que le
había dado una razón para levantarse, comer, sonreír y no querer dormir para
alcanzar a apreciar lo suficiente los rasgos de Minho durante el tiempo que
pasaban juntos y deleitarse ante cada una de las palabras que salían de su
divina boca. Minho se había convertido en su todo inconscientemente.
Estiró una mano y se
apartó un mechón de cabellos castaños que había caído rebeldemente sobre sus
ojos y miró indiferente sus manos heladas que no paraban de temblar con la baja
temperatura de aquella noche. ¿Ahora qué?
¿Qué sería de él sin
Minho?
Claro, Taemin
decidiría levantarse de aquel banquillo con el poco de dignidad que le quedaba.
Caminaría con seguridad y sonreiría porque Minho no había sido más que otro de
esos idiotas con los que te tienes que cruzar en la vida. Regresaría a casa y
borraría cualquier rastro. Conseguiría un nuevo empleo y continuaría con su
carrera. Descubriría el amor en algún otro chico o chica y disfrutaría de
interesantes conversaciones y placenteras noches de sexo. Tendría dos pequeños
hijos y sería el mejor padre. En todo caso, sería feliz.
No. Ni una sola de estas
ideas pasó por su cabeza. Solo podía sentir que su corazón caería
irremediablemente en cualquier momento sobre el césped y rodaría hasta alcanzar
la orilla del lago y se hundiría allí y a nadie le importaría. Esa verdad le
estaba carcomiendo lentamente sin piedad como una especie de enfermedad
terminal que había aparecido de la nada y aunque intentaba hacerse creer que
podría superarlo, sabía que esto era peor que morir y que incluso eso no sería
suficiente. Estaba solo, completamente solo.
Apoyo ambos codos
sobre sus rodillas y dejó que su cabeza cayera entre sus palmas. Ahora parecía
incapaz de respirar para sollozar nuevamente y una sensación dolorosa de
ahogamiento se instaló a lo largo de su garganta, quemándole con rabia. Puto
Minho.
Cerró los ojos con
fuerza mientras intentaba tragar saliva. No funcionó pero tampoco se alarmó.
Siempre que se sentía
frustrado o simplemente triste, acostumbraba a ir a la orilla de aquel lago y
dejaba que las penas de su corazón escaparan de su cuerpo por medio de las
lágrimas. No es que fuese un llorón o alguien demasiado sensible, simplemente
prefería evitar cargar con demasiado peso en su alma y alguna vez había oído
que llorar era la forma más efectiva de liberarse. Y así lo creía. Lloraba
hasta que parecía que sus ojos rojos saldrían de sus cuencas y hasta que sus
sollozos le ahogaran. Y siempre sin falta, él lograba aparecer en el momento
preciso, con un pañuelo en su mano y una mirada cálida.
Minho siempre le
obligaba a apoyar su cabeza en el hueco de su hombro y le acariciaba el rostro suavemente
con dulzura. Aquellas veces, Minho no había pronunciado una sola palabra y se
tomaba todo el tiempo del mundo para besarlo como nunca antes, con tanto cariño
y esmero, con tanta timidez y amor, en un intento casi fallido de devolverle el
aire que le faltaba. Recordaba cada movimiento de su lengua alrededor de sus
labios salados y húmedos por las lágrimas, lento y agradable, como si al ser capaz
de desaparecer hasta el último resquicio de sal de su piel pudiera borrar todo
su dolor. Recordaba incluso el compás de su respiración, el largo de sus
pestañas cuando cerraba sus ojos, sus manos torpemente enredadas entre su
cabello y cuello y sus latidos arrítmicos. Cada beso era mágico. Tanto así, que
incluso creo con sus penas una excusa con la cual poder disfrutar de aquel
momento íntimo. Era extrañamente masoquista pero no le importó. Era suyo, solo
suyo. Y es por eso que a pesar de que terminaba aún más ahogado que antes,
sonreía. Creyó en el fondo que eso nunca cambiaría y un atisbo de esperanza le
iluminó de repente.
Minho vendría.
Y le besaría así y él
volvería a ahogarse de felicidad. Y olvidarían aquella carta, aquel corazón
vacío y aquella alma rota. No recordarían las mentiras ni ninguna de aquellas
lágrimas y mucho menos el dolor. Minho le susurraría que le necesitaba, que le
quería y que no era necesario que llorase una vez más para recibir algo de su
amor. Lo harían una vez más bajo la luna, a la sombra del árbol viejo que
reposaba cansado detrás de la banca y luego, huirían tomados de la mano en
busca de un café.
Solo debía esperarlo…
¿Verdad?
____________________________________________
Paris ~EunHae~.
domingo, 21 de octubre de 2012 / 19:29
This is one of my favorites ;A;. Yes, I love Paris, it's incredible and magnificent. I visited Paris, one year ago, and still I can remember that special feeling that invades you when you're there. Hope you enjoy it! Comments are bellow all post or you can talk to me through the little and pink chat box :).
Paris.
De
entre los días peculiares y poco usuales de la vida de Lee Hyuk Jae, este era
uno especial. Especial significaba que era uno extrañamente ‘normal’,
cosa que definitivamente rayaba en su lógica y que, por cierto, ahora que lo
pensaba, le hacía sentirse como alguien más en medio de la masa humana que se
arremolinaba pudorosa esa mañana en la ciudad de Paris.
Aún
mientras intentaba terminar de cepillarse los dientes con una mano y meterse un
zapato con la otra, supo que aquel día iba a ser infinitamente largo y que, con
el sol del verano encima, iba a ser jodidamente extenuante. Claro, si es que
lograba llegar a tiempo para su trabajo.
Pero
el punto no era ese.
Todo
radicaba en que, tenía una especie de presentimiento –esos que su vieja abuela juraba,
eran su don- que le decía que algo iba a
pasar. Sabía que el que su teléfono de mano se hubiese descargado en medio de
la noche –y con él, la sagrada alarma que ponía todos los días de la semana a
las 6:25 a.m.- y que su vecino no se hubiese ido a bañar, en la ducha ‘patentada’
entre todos los que habitaban en ese piso -justo al final del pasillo, al lado
de su puerta y que no paraba de repicar con su maldito goteo incesante incluso
en sus sueños- a las 6:35, no era casualidad. Lee Hyuk Jae no era paranoico,
nada de eso, sólo es que, mirándose al espejo intentando acomodarse el cabello
teñido rojo que le caía desgarbado sobre el rostro delgado y famélico, aun no
podía creer que hubiese dormido tan profundamente hasta que el sol se hubiese
alzado en el cielo y le hubiera rebotado con un haz de luz directo en la cara.
Siendo
como era, se sentía algo extraño y cohibido. Pensándolo bien, no era como si se
hubiese levantado con el pie izquierdo, no, no, no; sino al contrario: su
felicidad espontánea era inexplicable y abrumadora. Era brillante, inquieta,
infantil.
Era
como si hubiese pisado de nuevo Paris por primera vez.
Lanzó
un vistazo furtivo hacia la única ventana que poseía el cuarto y a través del
vidrio polvoriento, alcanzó a ver la puntita de la torre Eiffel que no tapaba
el letrero exagerado y anticuado del hotel de enfrente. Suspiró. Malditos
costos elevados, maldito pequeño sueldo.
De
todas maneras, alzó su vieja mochila de cuero donde acostumbraba a cargar
algunos bocetos y uno que otro dulce y la colgó en su hombro. Repasó con la
vista cada rincón fugazmente para mirar si no había olvidado empacar algo y
guardó sus llaves en uno de los bolsillos traseros de su jean junto con la
billetera. Abrió la desaliñada puerta que conectaba su espacio personal casi
pulcro con el sucio pasillo de madera y, con una sonrisa estúpida insertada en
su rostro, decidió dejar de darle vueltas al asunto y salió de su pequeño y
antiquísimo departamento.
Y
así como cuando abres los ojos cada mañana y el reflejo del sol penetra tan
hondo en tus pupilas casi dejándote ciego y fascinado, chocó contra ella. Contra
aquella sonrisa torpe y blanca enmarcada entre aquel par de labios rosas que
gesticulaban un ‘lo siento’.
Entonces
lo supo, el por qué el destino mismo se encargaba de encajar cada una de las
piezas su rompecabezas, desenmarañando sin escrúpulos y deshaciendo su rutina
de manera tan brutal. La felicidad había escogido el lugar y momento preciso
para arrancarle el aliento.
__________________________________
/ 19:13
Hi~~
Well this is really my first post xD. I'm trying to practise my english skills on here but, basically, I'll post some of my fanfictions, which are in spanish. I'm sorry ;;, someday i'll translate it for you... meanwhile, use Google Translator D:... Anyway, I'll post some random stuff too, some pics, some videos, some books. Hope you enjoy it :3.
Most of my writings are based on Kpop idols, specially my favorite group, Super Junior ;A;♥. I must say that i never wrote before at school but then, i decided to start because of these boys. It really doesn't make sense but there's something called 'Fanservice culture' and if you are into it, definitely you will try it once.
It's just that i fell in deepest love with making up stories.
Ah~ if you don't get names or whatever, forgive me D:. Just think of them as 'The boy' and 'the girl' or... xD.
Oh! I have forgot... my favorite 'literary genre' -it shouldn't be called like that lol- is called angst. Literally, -found it on Retentive General Fandom and Fanfiction Glossary, ''Angst implies putting fanfic characters through the wringer emotionally/physically/mentally and making the readers feel for them.''
I can't change that, i'm so bad with pluffy and sweet things D:.
So, the next post will be the first one.
domingo, 30 de septiembre de 2012 / 19:10
Hi! This is my very first blog. Hope you like it!
We’re standing
in the same memory?
Cruel Fairy Tales (I, II)
martes, 6 de mayo de 2014 / 21:33
Ok, since it has been a long time and I should post everything I have written... here we go. A song fic, based on IU's 'Cruel Fairy Tales (link: Cruel Fairy Tales). This song is incredible nice, somehow it really fits me well so these stories were born from it. Listen at it while you read please~ Part III (last) it's missing (and per a long time, no inspiration at all).
Enjoy!
CRUEL
FAIRY TALES – I
Tal vez porque el camino que
conduce a mí es peligroso,
tú estás perdido.
Pero un día, así como estoy
sonriendo,
me quedaré dormida entre tus
brazos.
~----~
Uno… dos…
tres.
Se balancea,
cierra sus ojos.
~----~
Sus dedos se
han enredado entre la gravilla rebelde quemada por el sol, sus piernas se han
entumido sentadas entre la quietud. Sus dientes han chocado enojados por causa
del frío y sus ojos, sus oscuros y brillantes ojos, se han posado
inevitablemente sobre él.
~----~
Uno… dos…
tres.
Una vuelta
más.
Sus rubios
cabellos se mecen al ritmo del silencio insondable.
~----~
Le ha
sonreído, lo sabe… aún entre las sombras que se proyectan traviesas sobre las
cientos de rosas rojas que, tras su espalda, han comenzado lentamente a morir.
Oye como el pasto cruje duro bajo aquellos pies desnudos que han comenzado a
dar pasos sutiles, como se retuerce ante el inminente roce de su piel contra la
tierra.
~----~
Uno… dos…
tres.
Sus mejillas
se tornan rojas.
Sus labios
se tuercen en una sonrisa.
Sus manos
pasean entre el viento que se atreve a tocarle.
~----~
Escucha la
respiración entrecortada por el cansancio y el bombeo arrítmico de un corazón
inmerso bajo aquella blanquecina capa de piel. Y es entonces cuando siente como
el viento helado los traspasa, los une y ríe.
~----~
Uno… dos…
tres.
Cuatro.
CRUEL FAIRY TALES - II
Cuando esta noche termine
vendrás a despertarme
pisando ligeramente las lagrimas
que una a una voy derramando.
Late, late, una vez más.
Y ríe, ríe hasta el final.
~----~
Rojas.
Siempre así, sus mejillas.
Retorciéndose
en medio de la ingravidez, pues le sonríe.
Se sonríen.
¿Serán
dulces sus labios?
¿Serán
suaves sus caricias?
Sus dedos se
han entrelazado temblorosos.
Sus manos
pálidas se han encerrado en las del otro.
~----~
Dulce, dulce como la miel,
esa boquita debe de ser.
~----~
Y aquel
cabello rubio ondeante se ha deslizado con delicadeza sobre él. Aquella boquita
rosa se ha enterrado ya entre su cuello y aquellos delgados dedos han
rozado su piel.
Toca, lame,
besa.
Y quema.
~----~
El cielo es nacarado.
Y la locomotora sigue girando.
~----~
La cordura
ha desaparecido de aquellos que en la oscuridad, ruegan por cariño.
Su pasión es
deleite y necedad.
Un ritmo
intocable marcado sin piedad.
Una mentira
íntima, una sin control.
Una regla
nueva que se ha instaurado hoy.
Pero no lo
olvides, susurrarle… gímele tu amor.
Y dile que,
no existirá un mañana para los dos.
Mátame, amor. ~KyuMin~
domingo, 18 de noviembre de 2012 / 19:44
Hiii~ long time without posting stg~ these days had been crazy ;A;. Anyway, this is one of my favorite stories, I just love it, I was sooo happy abt being able to write this amazing short fic -I think so xD- & that's all what I can say. Hope you like it~
PD. -Spanish unique version-: Es tan gheiiii como yo :3.
Mátame,
amor.
-Mátame.
El frío permaneció cortando
nuestra piel y nuestras respiraciones se hicieron entrecortadas. El vaho salió
de nuestras bocas y deambuló vagabundo ante nuestros ojos.
-Mátame- repetiste y reí.
No eras absurdo, ni
incoherente. Nada de eso. Sólo decías lo que tenías que decir.
Y entonces, empezó a
llover.
⃘⃘⃘⃘⃘
El hombre tropezó
ridículamente. Nadie le detuvo, nadie lo intentó.
Fue entonces cuando sus
manos pulidas de rasguños se llenaron.
Y sus ojos agudos,
lágrimas derramaron.
Dime, ¿no te hiciste
así?
Tú, con tus palabras.
Yo, con mis sonrisas.
Pero, ¿quién lo
predeciría?
Eres el estorbo en el
suelo con el que he de caer.
Ambos somos radítraseros
y eso, es lo que me sigue atando a ti.
Así que, déjame ir.
⃘⃘⃘⃘⃘
-Uno~, dos.
La suela de goma falsa de
mis botas se hunde entre los charcos que la lluvia ha surcado entre la
gravilla. Aunque ha parado de llover, no te atreves a bajar tu sombrilla. Aún
sin mirarte, anhelo romper el silencio crudo que hemos establecido entre los dos,
un silencio que, a pesar de que intente ser roto con palabras, dejará rastros
enterrados entre nuestro ser.
-Sung Min-ah.
-¿Hmmm?
El gélido viento te insta a
apuntar el último botón de tu fea gabardina vieja.
-Mátame.
Eres tan hermoso. Mis
mejillas enrojecen ante tu mirada anhelante.
-¿Lo harás?-me preguntas, y
sé que temes oír una negativa de mi parte. Oh, Dios. Eres tan imbécil.
-Sí.
Esta vez, el charco se hace
más profundo y el agua sucia moja mis calcetines favoritos. Sonrío, tal y cómo
lo hago cada segundo que paso contigo.
-Kyu Hyun-ah~.
No me respondes, pero al
contrario que tú, no temo girarme y no encontrarte allí, porque tus pasos te
delatan y tus suspiros acompasados no dejan de marcar el ritmo que he impuesto
en ti.
-Kyu Hyun-ah~~.
-¿Hmmm?
-¿Crees que lloverá de
nuevo?
-Tal vez.
-Yo creo que no. Mira,
allá~, sobre aquella nube que tiene forma de calabaza, el sol ha dejado de
esconderse.
-¿Y tú?
-¿Yo? Kyu Hyun-ah, no
juegues. Estoy hablando seriamente.
-Claro. Yo también.- replicas
mientras me tomas de la mano. Para cuando lo noté, tus pantalones embarrados
escurrían desagradablemente gracias a mí. Son las claras consecuencias de
caminar al lado de Lee Sung Min un día lluvioso.
-Esa sombrilla es ridícula.
-Entonces, cómprame una
nueva.
-Lo haré. Será rosa, y
tendrá cientos de conejitos regados sobre la tela. ¿Así está bien?
-Siento que me veré como
una atracción de circo, pero no pondré los wons que vale, así que supongo que
deberé aceptarla así.
Tus dedos lánguidos y congelados
se cierran con más fuerza sobre los míos. No deberías dejar que el silencio se
interponga entre nosotros de nuevo.
-¿Debería besarte?- me
preguntas y mi corazón para. Lo haces bien Cho Kyu Hyun, lo haces bien.
-¿Por qué?- susurro.
Y entonces me sueltas de la
mano y continúas caminando sin mí.
-Mátame y lo sabrás.
⃘⃘⃘⃘⃘
-KyuHyun-ah.
Tus labios pálidos se
ciernen sobre el borde de la copa de vino manchada. No me miras, no me sientes.
-Kyu Hyun-ah, ¿hace frío?
Bebes un trago más y las
finas arrugas que están comenzando a surcar tu piel se hacen notorias ante la
expresión desgastada de tu rostro. Tu imperfecto rostro.
-Kyu Hyun-ah, ¿estaría bien
odiarte?
Al fin me observas.
Intentas sonreír mientras asientes y tu mano huesuda suelta al fin la mía.
-Maldita sea, no podría
odiarte más. Te odio, te odio, te odio.
Ríes cansado y no puedo
evitar creer que, si llegases a tener un hijo, una esposa o incluso una familia
entera, seguirías siendo igual de absurdo.
-Y entonces, ¿así está
bien? -digo. La bufanda verde vómito se ha escurrido de mi cuello y la ves caer
con envidia sobre mi pecho.
-¿El qué?
-Te he matado.
Frunces el ceño y empuñas
la botella que yace sobre la mesa entre nosotros. Ahora, son simplemente tú y
ella, una adicción añeja que el tiempo no ha dejado corroer. Como nosotros,
pero diferente.
Pero sé que no será igual.
Esta vez permanecerás sentado, regalándole el roce de tu boca solo a ella, las
caricias de tus dedos largos a su helado contorno y no me mirarás, no hasta que
sea de mañana y tu inconsciencia te permita regalarme una última sonrisa antes
de caer dormido.
⃘⃘⃘⃘⃘
Cuando entiendas que es
lo que yo defino como amor, sabrás que ya no me amas.
⃘⃘⃘⃘⃘
-Verás- señalas con el
índice hacia el cielo estrellado sin notar la humedad que se ha extendido sobre
los codos de tu cárdigan motoso con rayas- cada estrella tiene una historia.
Las más antiguas, brillan más que las jóvenes, tanto así que en algún punto
explotan.
-¿Y qué ocurre con las
jóvenes?
Te encoges de hombros y las
críticas con propiedad.
-Nada. Solo quieren ser
igual de geniales que las viejas, así que se la pasan intentando obtener un
poco de su sabiduría. Hay algunas que lo hacen y otras no.
-¿Y qué hay con las
fugaces? ¿De verdad cumplen deseos?
-Esas son distintas.
Brillan y corren por el espacio, sin importarles lo que las otras digan o
hagan. A veces son buenas, y otras no. Pero siempre, siempre, las verás
destilando luz para que otras entiendan que ellas nacieron para vivir y
disfrutar. Y de verdad.
-Pero no me respondiste,
Kyu Hyunnie. ¿Cumplen o no deseos?
-Depende. Si tu deseo les
gusta cuando se lo hayas gritado. Ellas solo hacen lo que quieren.
-¿Y cuál es tu deseo más
grande?
Giras la cabeza hacia mi
rostro y el rocío del pasto se pega a tu cabello.
-Por ahora, aprender
astronomía, ¿y el tuyo?
-Vivir.
Me miras con lástima.
Arrancó más raíces del suelo y te las lanzó. Sé que no derramas lágrimas
silenciosas mientras toses porque se te ha atascado un trozo de gravilla entre
la garganta. Lloras por mí y no entiendo porque.
-Mierda, Lee Sung
Min-dices, y te reprocho con la mirada aquella palabrota- mátame.
-Kyu Hyunnie, ya lo hice.
-Mátame de otra forma. De
alguna otra manera, en la que te pueda decir a los ojos que te amo, que eres lo
único que tengo y que deseo hacerte el amor mil y una veces. Mátame, para que
pueda tocarte en realidad y no parecer un puto loco que habla solo.
Al fin lo dices. Al fin me
has abierto tu corazón y le has sonreído al mío.
-Yo ya te maté. No lo haré
dos veces. Deja de llorar, que no pareces tú.
Te levantas y veo rabia en
tus ojos negros y apagados. A veces, deseo que me maldigas y me olvides, pero
eso no lo sabrás nunca, porque hay cosas que nunca se podrán poner en palabras.
Y yo soy egoísta y quiero tu todo, sólo para mí, aún después de dejarte,
después de morir.
-¡¿Crees que no lo he
intentado?! ¡Tú me cambiaste! ¡Sólo debes matarme, imbécil!
Tu pecho sube y baja
alterado. Me has gritado, por primera vez, y aunque siempre creí que sería lo
peor que me podría pasar en la vida, me has hecho sentir feliz. Pero no es
suficiente.
-Toda tu genialidad se ha
ido al caño, Cho Kyu Hyun. Porque cada vez soy menos real, porque cada vez tú
lo eres menos para mí y porque tendrás que olvidarme tarde o temprano.
La verdad nos abofetea y
empaña mis ojos. Y entonces, ambos vemos como cientos de estrellas fugaces han
comenzado a caer. Ríes y te escondes entre mis brazos. Porque ellas nos han
mirado y se han apiadado de nosotros, una vez más.
El calor de tu cuerpo se ha
prendido, por última vez, a mi piel.
-Te amo. Más que a nada,
más que a nadie.- susurras.
Y entonces, me besas.
SYLLABLES ~2MIN~.
lunes, 22 de octubre de 2012 / 21:22
Hello~ Well, this time i decided to post sooner. Why? Because the thrills i tried to describe bellow, seems to much as I'm feeling today and it's perfect(?) in many ways. I would love to write an 'End' for this, but I cannot. I think i'm not able yet. Just think on this as a crazy whim of a crazy writer. Thanks for reading. Pd. As usual, think as TaeMin as a girl or... wtv.
__________________________
SYLLABLES.
Una vez más tomó la
arrugada carta que yacía a su lado sobre la banca en la que se encontraba
sentado y la escudriñó con lástima, antes de apretarla con sus manos y romperla
de una vez por todas. Entre lágrimas alcanzó a distinguir varios de esos trazos
exquisitamente escritos por la conocida mano de Choi Minho caer sobre la hierba
a sus pies y sonrió. Se sorprendió ante lo estúpido que podía llegar a ser por
seguirle admirando a pesar de todo. Tal vez Lee Taemin era masoquista o
simplemente, un chico enamorado.
Fijó su vista sobre el
lago en frente de él, sin realmente verlo. Ya era de noche y aunque las negras
aguas estaban iluminadas tenuemente por un rayo tímido de la luz reflejada por
la luna, haciéndolas parecer oscuras, profundas y algo tenebrosas, Taemin
seguía allí inconsciente y ajeno a todo. Porque aun en su cabeza no cabía la
idea de que un trocito de papel fuese capaz de destrozar su corazón de aquella
forma y mucho menos de cómo alguien podía ser tan cobarde como para no decirle
las cosas de frente. O por teléfono. O por el chat.
Si, sonaba absurdo,
pero en lo más profundo, sabía que todo sería un poquito más soportable de
llevar si no Minho no hubiese desaparecido así no más y lo único que le
indicaba que seguía vivo era una hojita azul tamaño carta, algo arrugada y con
elefantitos parados sobre pequeños honguitos en la orilla-que estaba seguro le
había robado a algún infante que se había cruzado por su camino- y que le había
llegado luego de tres duras semanas de desesperación y le decía que todo
acababa.
¿Qué acababa? ¿Y
cuándo había empezado?
Esa carta solo era un
montón de basura.
Miró con despreció los
cientos de trocitos desperdigados por el suelo, que comenzaban a alejarse uno a
uno bajo la influencia del viento gélido que azotaba los árboles circundantes.
Los miró con ira y desilusión, antes de levantarse de su asiento y comenzar a
recolectarlos uno por uno, y pensar la
manera más ingeniosa en la que podría unirlos todos así se gastase una tarde
entera.
No, Lee Taemin en
verdad era un estúpido.
Una vez los hubo
recogido todos, los puso delicadamente dentro del bolsillo de su chaqueta
deportiva y se dejó caer de nuevo sobre la silla. Su estómago rugió gracias al
hambre, pero lo ignoró casi olímpicamente y suspiró, mientras limpiaba el
último rastro de lágrimas de su rostro.
-Choi Minho, eres un
imbécil-soltó al aire, esperando con suerte, que esas palabras le llegasen y
le taladraran al menos la conciencia.
Cerró los ojos y empujó su cabeza hacia atrás, intentado con todas sus fuerzas
olvidar por un segundo todo el remolino de emociones en su pecho, pero
involuntariamente, su mente revivió la última sonrisa que recibió del moreno.
No se le hizo extraño el hecho de no poder derramar más lágrimas y se contentó
con sollozar dolorosamente. Ahora que lo pensaba, eso era lo único que le
quedaba de Minho porque no recordaba nada más.
No alcanzaba a
recordar la primera vez que le había visto, caminando hacia él, tan guapo, con
chamarra de cuero y con las manos metidas entre el jean entubado, dirigiéndole
una sonrisa amable y perturbadora, mientras que esos hermosos ojos oscuros y
saltones, increíblemente sensuales, parecían devorar todo lo de su alrededor.
No recordaba que miles de mariposas le habían revoloteado en el estómago, hasta
el punto de jurar que tenía un montón de parásitos y casi le habían hecho ir al
médico. No recordaba la primera vez que le había abrazado, ni como sintió sus
piernas convertirse en gelatina y una descarga eléctrica cruzar su columna
vertebral, alterándolo de tal manera que estuvo varios días soñando con
hombrecitos de jengibre que le chuzaban el trasero con sus bastoncitos de dulce
y le gritaban en su cara que estaba loco por enamorarse de ese chico, mientras
un Minho reía divertido desde un rincón
disfrazado de rana. No podía recordar como su corazón pareció rebotar
una y otra vez contra su pecho la primera vez que se atrevió a tomar sus labios
gruesos y dulces sin permiso, mientras Minho dormía en su habitación, una vez
que le había invitado a su casa, con la excusa de que le explicase un tema de
química. Ni mucho menos la primera vez que había hecho el amor o más bien,
había tenido sexo salvaje, dentro de uno de los cubículos del baño de la
universidad en un receso no programado de la aburrida clase de cálculo en
varias variables y había escuchado por primera vez, lo celestial del tono grave
de su voz mientras gemía y le llamaba por su nombre, mientras se enterraba en
él. No podía recordar nada, porque todo era un revoltijo de imágenes y momentos
que ahora le provocaban arcadas en medio de su dolor. Porque ahora estaba
seguro que Minho nunca había experimentado algo semejante a lo que había
sentido Taemin gracias a él. Y esa sonrisa no era nada más que una burla a su
ingenuidad.
Todo había sido una hermosa mentira. La más bella de ellas.
La mentira que le
había dado una razón para levantarse, comer, sonreír y no querer dormir para
alcanzar a apreciar lo suficiente los rasgos de Minho durante el tiempo que
pasaban juntos y deleitarse ante cada una de las palabras que salían de su
divina boca. Minho se había convertido en su todo inconscientemente.
Estiró una mano y se
apartó un mechón de cabellos castaños que había caído rebeldemente sobre sus
ojos y miró indiferente sus manos heladas que no paraban de temblar con la baja
temperatura de aquella noche. ¿Ahora qué?
¿Qué sería de él sin
Minho?
Claro, Taemin
decidiría levantarse de aquel banquillo con el poco de dignidad que le quedaba.
Caminaría con seguridad y sonreiría porque Minho no había sido más que otro de
esos idiotas con los que te tienes que cruzar en la vida. Regresaría a casa y
borraría cualquier rastro. Conseguiría un nuevo empleo y continuaría con su
carrera. Descubriría el amor en algún otro chico o chica y disfrutaría de
interesantes conversaciones y placenteras noches de sexo. Tendría dos pequeños
hijos y sería el mejor padre. En todo caso, sería feliz.
No. Ni una sola de estas
ideas pasó por su cabeza. Solo podía sentir que su corazón caería
irremediablemente en cualquier momento sobre el césped y rodaría hasta alcanzar
la orilla del lago y se hundiría allí y a nadie le importaría. Esa verdad le
estaba carcomiendo lentamente sin piedad como una especie de enfermedad
terminal que había aparecido de la nada y aunque intentaba hacerse creer que
podría superarlo, sabía que esto era peor que morir y que incluso eso no sería
suficiente. Estaba solo, completamente solo.
Apoyo ambos codos
sobre sus rodillas y dejó que su cabeza cayera entre sus palmas. Ahora parecía
incapaz de respirar para sollozar nuevamente y una sensación dolorosa de
ahogamiento se instaló a lo largo de su garganta, quemándole con rabia. Puto
Minho.
Cerró los ojos con
fuerza mientras intentaba tragar saliva. No funcionó pero tampoco se alarmó.
Siempre que se sentía
frustrado o simplemente triste, acostumbraba a ir a la orilla de aquel lago y
dejaba que las penas de su corazón escaparan de su cuerpo por medio de las
lágrimas. No es que fuese un llorón o alguien demasiado sensible, simplemente
prefería evitar cargar con demasiado peso en su alma y alguna vez había oído
que llorar era la forma más efectiva de liberarse. Y así lo creía. Lloraba
hasta que parecía que sus ojos rojos saldrían de sus cuencas y hasta que sus
sollozos le ahogaran. Y siempre sin falta, él lograba aparecer en el momento
preciso, con un pañuelo en su mano y una mirada cálida.
Minho siempre le
obligaba a apoyar su cabeza en el hueco de su hombro y le acariciaba el rostro suavemente
con dulzura. Aquellas veces, Minho no había pronunciado una sola palabra y se
tomaba todo el tiempo del mundo para besarlo como nunca antes, con tanto cariño
y esmero, con tanta timidez y amor, en un intento casi fallido de devolverle el
aire que le faltaba. Recordaba cada movimiento de su lengua alrededor de sus
labios salados y húmedos por las lágrimas, lento y agradable, como si al ser capaz
de desaparecer hasta el último resquicio de sal de su piel pudiera borrar todo
su dolor. Recordaba incluso el compás de su respiración, el largo de sus
pestañas cuando cerraba sus ojos, sus manos torpemente enredadas entre su
cabello y cuello y sus latidos arrítmicos. Cada beso era mágico. Tanto así, que
incluso creo con sus penas una excusa con la cual poder disfrutar de aquel
momento íntimo. Era extrañamente masoquista pero no le importó. Era suyo, solo
suyo. Y es por eso que a pesar de que terminaba aún más ahogado que antes,
sonreía. Creyó en el fondo que eso nunca cambiaría y un atisbo de esperanza le
iluminó de repente.
Minho vendría.
Y le besaría así y él
volvería a ahogarse de felicidad. Y olvidarían aquella carta, aquel corazón
vacío y aquella alma rota. No recordarían las mentiras ni ninguna de aquellas
lágrimas y mucho menos el dolor. Minho le susurraría que le necesitaba, que le
quería y que no era necesario que llorase una vez más para recibir algo de su
amor. Lo harían una vez más bajo la luna, a la sombra del árbol viejo que
reposaba cansado detrás de la banca y luego, huirían tomados de la mano en
busca de un café.
Solo debía esperarlo…
¿Verdad?
____________________________________________
Paris ~EunHae~.
domingo, 21 de octubre de 2012 / 19:29
This is one of my favorites ;A;. Yes, I love Paris, it's incredible and magnificent. I visited Paris, one year ago, and still I can remember that special feeling that invades you when you're there. Hope you enjoy it! Comments are bellow all post or you can talk to me through the little and pink chat box :).
Paris.
De
entre los días peculiares y poco usuales de la vida de Lee Hyuk Jae, este era
uno especial. Especial significaba que era uno extrañamente ‘normal’,
cosa que definitivamente rayaba en su lógica y que, por cierto, ahora que lo
pensaba, le hacía sentirse como alguien más en medio de la masa humana que se
arremolinaba pudorosa esa mañana en la ciudad de Paris.
Aún
mientras intentaba terminar de cepillarse los dientes con una mano y meterse un
zapato con la otra, supo que aquel día iba a ser infinitamente largo y que, con
el sol del verano encima, iba a ser jodidamente extenuante. Claro, si es que
lograba llegar a tiempo para su trabajo.
Pero
el punto no era ese.
Todo
radicaba en que, tenía una especie de presentimiento –esos que su vieja abuela juraba,
eran su don- que le decía que algo iba a
pasar. Sabía que el que su teléfono de mano se hubiese descargado en medio de
la noche –y con él, la sagrada alarma que ponía todos los días de la semana a
las 6:25 a.m.- y que su vecino no se hubiese ido a bañar, en la ducha ‘patentada’
entre todos los que habitaban en ese piso -justo al final del pasillo, al lado
de su puerta y que no paraba de repicar con su maldito goteo incesante incluso
en sus sueños- a las 6:35, no era casualidad. Lee Hyuk Jae no era paranoico,
nada de eso, sólo es que, mirándose al espejo intentando acomodarse el cabello
teñido rojo que le caía desgarbado sobre el rostro delgado y famélico, aun no
podía creer que hubiese dormido tan profundamente hasta que el sol se hubiese
alzado en el cielo y le hubiera rebotado con un haz de luz directo en la cara.
Siendo
como era, se sentía algo extraño y cohibido. Pensándolo bien, no era como si se
hubiese levantado con el pie izquierdo, no, no, no; sino al contrario: su
felicidad espontánea era inexplicable y abrumadora. Era brillante, inquieta,
infantil.
Era
como si hubiese pisado de nuevo Paris por primera vez.
Lanzó
un vistazo furtivo hacia la única ventana que poseía el cuarto y a través del
vidrio polvoriento, alcanzó a ver la puntita de la torre Eiffel que no tapaba
el letrero exagerado y anticuado del hotel de enfrente. Suspiró. Malditos
costos elevados, maldito pequeño sueldo.
De
todas maneras, alzó su vieja mochila de cuero donde acostumbraba a cargar
algunos bocetos y uno que otro dulce y la colgó en su hombro. Repasó con la
vista cada rincón fugazmente para mirar si no había olvidado empacar algo y
guardó sus llaves en uno de los bolsillos traseros de su jean junto con la
billetera. Abrió la desaliñada puerta que conectaba su espacio personal casi
pulcro con el sucio pasillo de madera y, con una sonrisa estúpida insertada en
su rostro, decidió dejar de darle vueltas al asunto y salió de su pequeño y
antiquísimo departamento.
Y
así como cuando abres los ojos cada mañana y el reflejo del sol penetra tan
hondo en tus pupilas casi dejándote ciego y fascinado, chocó contra ella. Contra
aquella sonrisa torpe y blanca enmarcada entre aquel par de labios rosas que
gesticulaban un ‘lo siento’.
Entonces
lo supo, el por qué el destino mismo se encargaba de encajar cada una de las
piezas su rompecabezas, desenmarañando sin escrúpulos y deshaciendo su rutina
de manera tan brutal. La felicidad había escogido el lugar y momento preciso
para arrancarle el aliento.
__________________________________
/ 19:13
Hi~~
Well this is really my first post xD. I'm trying to practise my english skills on here but, basically, I'll post some of my fanfictions, which are in spanish. I'm sorry ;;, someday i'll translate it for you... meanwhile, use Google Translator D:... Anyway, I'll post some random stuff too, some pics, some videos, some books. Hope you enjoy it :3.
Most of my writings are based on Kpop idols, specially my favorite group, Super Junior ;A;♥. I must say that i never wrote before at school but then, i decided to start because of these boys. It really doesn't make sense but there's something called 'Fanservice culture' and if you are into it, definitely you will try it once.
It's just that i fell in deepest love with making up stories.
Ah~ if you don't get names or whatever, forgive me D:. Just think of them as 'The boy' and 'the girl' or... xD.
Oh! I have forgot... my favorite 'literary genre' -it shouldn't be called like that lol- is called angst. Literally, -found it on Retentive General Fandom and Fanfiction Glossary, ''Angst implies putting fanfic characters through the wringer emotionally/physically/mentally and making the readers feel for them.''
I can't change that, i'm so bad with pluffy and sweet things D:.
Ok, since it has been a long time and I should post everything I have written... here we go. A song fic, based on IU's 'Cruel Fairy Tales (link: Cruel Fairy Tales). This song is incredible nice, somehow it really fits me well so these stories were born from it. Listen at it while you read please~ Part III (last) it's missing (and per a long time, no inspiration at all).
Enjoy!
CRUEL
FAIRY TALES – I
Tal vez porque el camino que
conduce a mí es peligroso,
tú estás perdido.
Pero un día, así como estoy
sonriendo,
me quedaré dormida entre tus
brazos.
~----~
Uno… dos…
tres.
Se balancea,
cierra sus ojos.
~----~
Sus dedos se
han enredado entre la gravilla rebelde quemada por el sol, sus piernas se han
entumido sentadas entre la quietud. Sus dientes han chocado enojados por causa
del frío y sus ojos, sus oscuros y brillantes ojos, se han posado
inevitablemente sobre él.
~----~
Uno… dos…
tres.
Una vuelta
más.
Sus rubios
cabellos se mecen al ritmo del silencio insondable.
~----~
Le ha
sonreído, lo sabe… aún entre las sombras que se proyectan traviesas sobre las
cientos de rosas rojas que, tras su espalda, han comenzado lentamente a morir.
Oye como el pasto cruje duro bajo aquellos pies desnudos que han comenzado a
dar pasos sutiles, como se retuerce ante el inminente roce de su piel contra la
tierra.
~----~
Uno… dos…
tres.
Sus mejillas
se tornan rojas.
Sus labios
se tuercen en una sonrisa.
Sus manos
pasean entre el viento que se atreve a tocarle.
~----~
Escucha la
respiración entrecortada por el cansancio y el bombeo arrítmico de un corazón
inmerso bajo aquella blanquecina capa de piel. Y es entonces cuando siente como
el viento helado los traspasa, los une y ríe.
~----~
Uno… dos…
tres.
Cuatro.
CRUEL FAIRY TALES - II
Cuando esta noche termine
vendrás a despertarme
pisando ligeramente las lagrimas
que una a una voy derramando.
Late, late, una vez más.
Y ríe, ríe hasta el final.
~----~
Rojas.
Siempre así, sus mejillas.
Retorciéndose
en medio de la ingravidez, pues le sonríe.
Se sonríen.
¿Serán
dulces sus labios?
¿Serán
suaves sus caricias?
Sus dedos se
han entrelazado temblorosos.
Sus manos
pálidas se han encerrado en las del otro.
~----~
Dulce, dulce como la miel,
esa boquita debe de ser.
~----~
Y aquel
cabello rubio ondeante se ha deslizado con delicadeza sobre él. Aquella boquita
rosa se ha enterrado ya entre su cuello y aquellos delgados dedos han
rozado su piel.
Toca, lame,
besa.
Y quema.
~----~
El cielo es nacarado.
Y la locomotora sigue girando.
~----~
La cordura
ha desaparecido de aquellos que en la oscuridad, ruegan por cariño.
Su pasión es
deleite y necedad.
Un ritmo
intocable marcado sin piedad.
Una mentira
íntima, una sin control.
Una regla
nueva que se ha instaurado hoy.
Pero no lo
olvides, susurrarle… gímele tu amor.
Y dile que,
no existirá un mañana para los dos.
Mátame, amor. ~KyuMin~
domingo, 18 de noviembre de 2012 / 19:44
Hiii~ long time without posting stg~ these days had been crazy ;A;. Anyway, this is one of my favorite stories, I just love it, I was sooo happy abt being able to write this amazing short fic -I think so xD- & that's all what I can say. Hope you like it~
PD. -Spanish unique version-: Es tan gheiiii como yo :3.
Mátame,
amor.
-Mátame.
El frío permaneció cortando
nuestra piel y nuestras respiraciones se hicieron entrecortadas. El vaho salió
de nuestras bocas y deambuló vagabundo ante nuestros ojos.
-Mátame- repetiste y reí.
No eras absurdo, ni
incoherente. Nada de eso. Sólo decías lo que tenías que decir.
Y entonces, empezó a
llover.
⃘⃘⃘⃘⃘
El hombre tropezó
ridículamente. Nadie le detuvo, nadie lo intentó.
Fue entonces cuando sus
manos pulidas de rasguños se llenaron.
Y sus ojos agudos,
lágrimas derramaron.
Dime, ¿no te hiciste
así?
Tú, con tus palabras.
Yo, con mis sonrisas.
Pero, ¿quién lo
predeciría?
Eres el estorbo en el
suelo con el que he de caer.
Ambos somos radítraseros
y eso, es lo que me sigue atando a ti.
Así que, déjame ir.
⃘⃘⃘⃘⃘
-Uno~, dos.
La suela de goma falsa de
mis botas se hunde entre los charcos que la lluvia ha surcado entre la
gravilla. Aunque ha parado de llover, no te atreves a bajar tu sombrilla. Aún
sin mirarte, anhelo romper el silencio crudo que hemos establecido entre los dos,
un silencio que, a pesar de que intente ser roto con palabras, dejará rastros
enterrados entre nuestro ser.
-Sung Min-ah.
-¿Hmmm?
El gélido viento te insta a
apuntar el último botón de tu fea gabardina vieja.
-Mátame.
Eres tan hermoso. Mis
mejillas enrojecen ante tu mirada anhelante.
-¿Lo harás?-me preguntas, y
sé que temes oír una negativa de mi parte. Oh, Dios. Eres tan imbécil.
-Sí.
Esta vez, el charco se hace
más profundo y el agua sucia moja mis calcetines favoritos. Sonrío, tal y cómo
lo hago cada segundo que paso contigo.
-Kyu Hyun-ah~.
No me respondes, pero al
contrario que tú, no temo girarme y no encontrarte allí, porque tus pasos te
delatan y tus suspiros acompasados no dejan de marcar el ritmo que he impuesto
en ti.
-Kyu Hyun-ah~~.
-¿Hmmm?
-¿Crees que lloverá de
nuevo?
-Tal vez.
-Yo creo que no. Mira,
allá~, sobre aquella nube que tiene forma de calabaza, el sol ha dejado de
esconderse.
-¿Y tú?
-¿Yo? Kyu Hyun-ah, no
juegues. Estoy hablando seriamente.
-Claro. Yo también.- replicas
mientras me tomas de la mano. Para cuando lo noté, tus pantalones embarrados
escurrían desagradablemente gracias a mí. Son las claras consecuencias de
caminar al lado de Lee Sung Min un día lluvioso.
-Esa sombrilla es ridícula.
-Entonces, cómprame una
nueva.
-Lo haré. Será rosa, y
tendrá cientos de conejitos regados sobre la tela. ¿Así está bien?
-Siento que me veré como
una atracción de circo, pero no pondré los wons que vale, así que supongo que
deberé aceptarla así.
Tus dedos lánguidos y congelados
se cierran con más fuerza sobre los míos. No deberías dejar que el silencio se
interponga entre nosotros de nuevo.
-¿Debería besarte?- me
preguntas y mi corazón para. Lo haces bien Cho Kyu Hyun, lo haces bien.
-¿Por qué?- susurro.
Y entonces me sueltas de la
mano y continúas caminando sin mí.
-Mátame y lo sabrás.
⃘⃘⃘⃘⃘
-KyuHyun-ah.
Tus labios pálidos se
ciernen sobre el borde de la copa de vino manchada. No me miras, no me sientes.
-Kyu Hyun-ah, ¿hace frío?
Bebes un trago más y las
finas arrugas que están comenzando a surcar tu piel se hacen notorias ante la
expresión desgastada de tu rostro. Tu imperfecto rostro.
-Kyu Hyun-ah, ¿estaría bien
odiarte?
Al fin me observas.
Intentas sonreír mientras asientes y tu mano huesuda suelta al fin la mía.
-Maldita sea, no podría
odiarte más. Te odio, te odio, te odio.
Ríes cansado y no puedo
evitar creer que, si llegases a tener un hijo, una esposa o incluso una familia
entera, seguirías siendo igual de absurdo.
-Y entonces, ¿así está
bien? -digo. La bufanda verde vómito se ha escurrido de mi cuello y la ves caer
con envidia sobre mi pecho.
-¿El qué?
-Te he matado.
Frunces el ceño y empuñas
la botella que yace sobre la mesa entre nosotros. Ahora, son simplemente tú y
ella, una adicción añeja que el tiempo no ha dejado corroer. Como nosotros,
pero diferente.
Pero sé que no será igual.
Esta vez permanecerás sentado, regalándole el roce de tu boca solo a ella, las
caricias de tus dedos largos a su helado contorno y no me mirarás, no hasta que
sea de mañana y tu inconsciencia te permita regalarme una última sonrisa antes
de caer dormido.
⃘⃘⃘⃘⃘
Cuando entiendas que es
lo que yo defino como amor, sabrás que ya no me amas.
⃘⃘⃘⃘⃘
-Verás- señalas con el
índice hacia el cielo estrellado sin notar la humedad que se ha extendido sobre
los codos de tu cárdigan motoso con rayas- cada estrella tiene una historia.
Las más antiguas, brillan más que las jóvenes, tanto así que en algún punto
explotan.
-¿Y qué ocurre con las
jóvenes?
Te encoges de hombros y las
críticas con propiedad.
-Nada. Solo quieren ser
igual de geniales que las viejas, así que se la pasan intentando obtener un
poco de su sabiduría. Hay algunas que lo hacen y otras no.
-¿Y qué hay con las
fugaces? ¿De verdad cumplen deseos?
-Esas son distintas.
Brillan y corren por el espacio, sin importarles lo que las otras digan o
hagan. A veces son buenas, y otras no. Pero siempre, siempre, las verás
destilando luz para que otras entiendan que ellas nacieron para vivir y
disfrutar. Y de verdad.
-Pero no me respondiste,
Kyu Hyunnie. ¿Cumplen o no deseos?
-Depende. Si tu deseo les
gusta cuando se lo hayas gritado. Ellas solo hacen lo que quieren.
-¿Y cuál es tu deseo más
grande?
Giras la cabeza hacia mi
rostro y el rocío del pasto se pega a tu cabello.
-Por ahora, aprender
astronomía, ¿y el tuyo?
-Vivir.
Me miras con lástima.
Arrancó más raíces del suelo y te las lanzó. Sé que no derramas lágrimas
silenciosas mientras toses porque se te ha atascado un trozo de gravilla entre
la garganta. Lloras por mí y no entiendo porque.
-Mierda, Lee Sung
Min-dices, y te reprocho con la mirada aquella palabrota- mátame.
-Kyu Hyunnie, ya lo hice.
-Mátame de otra forma. De
alguna otra manera, en la que te pueda decir a los ojos que te amo, que eres lo
único que tengo y que deseo hacerte el amor mil y una veces. Mátame, para que
pueda tocarte en realidad y no parecer un puto loco que habla solo.
Al fin lo dices. Al fin me
has abierto tu corazón y le has sonreído al mío.
-Yo ya te maté. No lo haré
dos veces. Deja de llorar, que no pareces tú.
Te levantas y veo rabia en
tus ojos negros y apagados. A veces, deseo que me maldigas y me olvides, pero
eso no lo sabrás nunca, porque hay cosas que nunca se podrán poner en palabras.
Y yo soy egoísta y quiero tu todo, sólo para mí, aún después de dejarte,
después de morir.
-¡¿Crees que no lo he
intentado?! ¡Tú me cambiaste! ¡Sólo debes matarme, imbécil!
Tu pecho sube y baja
alterado. Me has gritado, por primera vez, y aunque siempre creí que sería lo
peor que me podría pasar en la vida, me has hecho sentir feliz. Pero no es
suficiente.
-Toda tu genialidad se ha
ido al caño, Cho Kyu Hyun. Porque cada vez soy menos real, porque cada vez tú
lo eres menos para mí y porque tendrás que olvidarme tarde o temprano.
La verdad nos abofetea y
empaña mis ojos. Y entonces, ambos vemos como cientos de estrellas fugaces han
comenzado a caer. Ríes y te escondes entre mis brazos. Porque ellas nos han
mirado y se han apiadado de nosotros, una vez más.
El calor de tu cuerpo se ha
prendido, por última vez, a mi piel.
-Te amo. Más que a nada,
más que a nadie.- susurras.
Y entonces, me besas.
SYLLABLES ~2MIN~.
lunes, 22 de octubre de 2012 / 21:22
Hello~ Well, this time i decided to post sooner. Why? Because the thrills i tried to describe bellow, seems to much as I'm feeling today and it's perfect(?) in many ways. I would love to write an 'End' for this, but I cannot. I think i'm not able yet. Just think on this as a crazy whim of a crazy writer. Thanks for reading. Pd. As usual, think as TaeMin as a girl or... wtv.
__________________________
SYLLABLES.
Una vez más tomó la
arrugada carta que yacía a su lado sobre la banca en la que se encontraba
sentado y la escudriñó con lástima, antes de apretarla con sus manos y romperla
de una vez por todas. Entre lágrimas alcanzó a distinguir varios de esos trazos
exquisitamente escritos por la conocida mano de Choi Minho caer sobre la hierba
a sus pies y sonrió. Se sorprendió ante lo estúpido que podía llegar a ser por
seguirle admirando a pesar de todo. Tal vez Lee Taemin era masoquista o
simplemente, un chico enamorado.
Fijó su vista sobre el
lago en frente de él, sin realmente verlo. Ya era de noche y aunque las negras
aguas estaban iluminadas tenuemente por un rayo tímido de la luz reflejada por
la luna, haciéndolas parecer oscuras, profundas y algo tenebrosas, Taemin
seguía allí inconsciente y ajeno a todo. Porque aun en su cabeza no cabía la
idea de que un trocito de papel fuese capaz de destrozar su corazón de aquella
forma y mucho menos de cómo alguien podía ser tan cobarde como para no decirle
las cosas de frente. O por teléfono. O por el chat.
Si, sonaba absurdo,
pero en lo más profundo, sabía que todo sería un poquito más soportable de
llevar si no Minho no hubiese desaparecido así no más y lo único que le
indicaba que seguía vivo era una hojita azul tamaño carta, algo arrugada y con
elefantitos parados sobre pequeños honguitos en la orilla-que estaba seguro le
había robado a algún infante que se había cruzado por su camino- y que le había
llegado luego de tres duras semanas de desesperación y le decía que todo
acababa.
¿Qué acababa? ¿Y
cuándo había empezado?
Esa carta solo era un
montón de basura.
Miró con despreció los
cientos de trocitos desperdigados por el suelo, que comenzaban a alejarse uno a
uno bajo la influencia del viento gélido que azotaba los árboles circundantes.
Los miró con ira y desilusión, antes de levantarse de su asiento y comenzar a
recolectarlos uno por uno, y pensar la
manera más ingeniosa en la que podría unirlos todos así se gastase una tarde
entera.
No, Lee Taemin en
verdad era un estúpido.
Una vez los hubo
recogido todos, los puso delicadamente dentro del bolsillo de su chaqueta
deportiva y se dejó caer de nuevo sobre la silla. Su estómago rugió gracias al
hambre, pero lo ignoró casi olímpicamente y suspiró, mientras limpiaba el
último rastro de lágrimas de su rostro.
-Choi Minho, eres un
imbécil-soltó al aire, esperando con suerte, que esas palabras le llegasen y
le taladraran al menos la conciencia.
Cerró los ojos y empujó su cabeza hacia atrás, intentado con todas sus fuerzas
olvidar por un segundo todo el remolino de emociones en su pecho, pero
involuntariamente, su mente revivió la última sonrisa que recibió del moreno.
No se le hizo extraño el hecho de no poder derramar más lágrimas y se contentó
con sollozar dolorosamente. Ahora que lo pensaba, eso era lo único que le
quedaba de Minho porque no recordaba nada más.
No alcanzaba a
recordar la primera vez que le había visto, caminando hacia él, tan guapo, con
chamarra de cuero y con las manos metidas entre el jean entubado, dirigiéndole
una sonrisa amable y perturbadora, mientras que esos hermosos ojos oscuros y
saltones, increíblemente sensuales, parecían devorar todo lo de su alrededor.
No recordaba que miles de mariposas le habían revoloteado en el estómago, hasta
el punto de jurar que tenía un montón de parásitos y casi le habían hecho ir al
médico. No recordaba la primera vez que le había abrazado, ni como sintió sus
piernas convertirse en gelatina y una descarga eléctrica cruzar su columna
vertebral, alterándolo de tal manera que estuvo varios días soñando con
hombrecitos de jengibre que le chuzaban el trasero con sus bastoncitos de dulce
y le gritaban en su cara que estaba loco por enamorarse de ese chico, mientras
un Minho reía divertido desde un rincón
disfrazado de rana. No podía recordar como su corazón pareció rebotar
una y otra vez contra su pecho la primera vez que se atrevió a tomar sus labios
gruesos y dulces sin permiso, mientras Minho dormía en su habitación, una vez
que le había invitado a su casa, con la excusa de que le explicase un tema de
química. Ni mucho menos la primera vez que había hecho el amor o más bien,
había tenido sexo salvaje, dentro de uno de los cubículos del baño de la
universidad en un receso no programado de la aburrida clase de cálculo en
varias variables y había escuchado por primera vez, lo celestial del tono grave
de su voz mientras gemía y le llamaba por su nombre, mientras se enterraba en
él. No podía recordar nada, porque todo era un revoltijo de imágenes y momentos
que ahora le provocaban arcadas en medio de su dolor. Porque ahora estaba
seguro que Minho nunca había experimentado algo semejante a lo que había
sentido Taemin gracias a él. Y esa sonrisa no era nada más que una burla a su
ingenuidad.
Todo había sido una hermosa mentira. La más bella de ellas.
La mentira que le
había dado una razón para levantarse, comer, sonreír y no querer dormir para
alcanzar a apreciar lo suficiente los rasgos de Minho durante el tiempo que
pasaban juntos y deleitarse ante cada una de las palabras que salían de su
divina boca. Minho se había convertido en su todo inconscientemente.
Estiró una mano y se
apartó un mechón de cabellos castaños que había caído rebeldemente sobre sus
ojos y miró indiferente sus manos heladas que no paraban de temblar con la baja
temperatura de aquella noche. ¿Ahora qué?
¿Qué sería de él sin
Minho?
Claro, Taemin
decidiría levantarse de aquel banquillo con el poco de dignidad que le quedaba.
Caminaría con seguridad y sonreiría porque Minho no había sido más que otro de
esos idiotas con los que te tienes que cruzar en la vida. Regresaría a casa y
borraría cualquier rastro. Conseguiría un nuevo empleo y continuaría con su
carrera. Descubriría el amor en algún otro chico o chica y disfrutaría de
interesantes conversaciones y placenteras noches de sexo. Tendría dos pequeños
hijos y sería el mejor padre. En todo caso, sería feliz.
No. Ni una sola de estas
ideas pasó por su cabeza. Solo podía sentir que su corazón caería
irremediablemente en cualquier momento sobre el césped y rodaría hasta alcanzar
la orilla del lago y se hundiría allí y a nadie le importaría. Esa verdad le
estaba carcomiendo lentamente sin piedad como una especie de enfermedad
terminal que había aparecido de la nada y aunque intentaba hacerse creer que
podría superarlo, sabía que esto era peor que morir y que incluso eso no sería
suficiente. Estaba solo, completamente solo.
Apoyo ambos codos
sobre sus rodillas y dejó que su cabeza cayera entre sus palmas. Ahora parecía
incapaz de respirar para sollozar nuevamente y una sensación dolorosa de
ahogamiento se instaló a lo largo de su garganta, quemándole con rabia. Puto
Minho.
Cerró los ojos con
fuerza mientras intentaba tragar saliva. No funcionó pero tampoco se alarmó.
Siempre que se sentía
frustrado o simplemente triste, acostumbraba a ir a la orilla de aquel lago y
dejaba que las penas de su corazón escaparan de su cuerpo por medio de las
lágrimas. No es que fuese un llorón o alguien demasiado sensible, simplemente
prefería evitar cargar con demasiado peso en su alma y alguna vez había oído
que llorar era la forma más efectiva de liberarse. Y así lo creía. Lloraba
hasta que parecía que sus ojos rojos saldrían de sus cuencas y hasta que sus
sollozos le ahogaran. Y siempre sin falta, él lograba aparecer en el momento
preciso, con un pañuelo en su mano y una mirada cálida.
Minho siempre le
obligaba a apoyar su cabeza en el hueco de su hombro y le acariciaba el rostro suavemente
con dulzura. Aquellas veces, Minho no había pronunciado una sola palabra y se
tomaba todo el tiempo del mundo para besarlo como nunca antes, con tanto cariño
y esmero, con tanta timidez y amor, en un intento casi fallido de devolverle el
aire que le faltaba. Recordaba cada movimiento de su lengua alrededor de sus
labios salados y húmedos por las lágrimas, lento y agradable, como si al ser capaz
de desaparecer hasta el último resquicio de sal de su piel pudiera borrar todo
su dolor. Recordaba incluso el compás de su respiración, el largo de sus
pestañas cuando cerraba sus ojos, sus manos torpemente enredadas entre su
cabello y cuello y sus latidos arrítmicos. Cada beso era mágico. Tanto así, que
incluso creo con sus penas una excusa con la cual poder disfrutar de aquel
momento íntimo. Era extrañamente masoquista pero no le importó. Era suyo, solo
suyo. Y es por eso que a pesar de que terminaba aún más ahogado que antes,
sonreía. Creyó en el fondo que eso nunca cambiaría y un atisbo de esperanza le
iluminó de repente.
Minho vendría.
Y le besaría así y él
volvería a ahogarse de felicidad. Y olvidarían aquella carta, aquel corazón
vacío y aquella alma rota. No recordarían las mentiras ni ninguna de aquellas
lágrimas y mucho menos el dolor. Minho le susurraría que le necesitaba, que le
quería y que no era necesario que llorase una vez más para recibir algo de su
amor. Lo harían una vez más bajo la luna, a la sombra del árbol viejo que
reposaba cansado detrás de la banca y luego, huirían tomados de la mano en
busca de un café.
Solo debía esperarlo…
¿Verdad?
____________________________________________
Paris ~EunHae~.
domingo, 21 de octubre de 2012 / 19:29
This is one of my favorites ;A;. Yes, I love Paris, it's incredible and magnificent. I visited Paris, one year ago, and still I can remember that special feeling that invades you when you're there. Hope you enjoy it! Comments are bellow all post or you can talk to me through the little and pink chat box :).
Paris.
De
entre los días peculiares y poco usuales de la vida de Lee Hyuk Jae, este era
uno especial. Especial significaba que era uno extrañamente ‘normal’,
cosa que definitivamente rayaba en su lógica y que, por cierto, ahora que lo
pensaba, le hacía sentirse como alguien más en medio de la masa humana que se
arremolinaba pudorosa esa mañana en la ciudad de Paris.
Aún
mientras intentaba terminar de cepillarse los dientes con una mano y meterse un
zapato con la otra, supo que aquel día iba a ser infinitamente largo y que, con
el sol del verano encima, iba a ser jodidamente extenuante. Claro, si es que
lograba llegar a tiempo para su trabajo.
Pero
el punto no era ese.
Todo
radicaba en que, tenía una especie de presentimiento –esos que su vieja abuela juraba,
eran su don- que le decía que algo iba a
pasar. Sabía que el que su teléfono de mano se hubiese descargado en medio de
la noche –y con él, la sagrada alarma que ponía todos los días de la semana a
las 6:25 a.m.- y que su vecino no se hubiese ido a bañar, en la ducha ‘patentada’
entre todos los que habitaban en ese piso -justo al final del pasillo, al lado
de su puerta y que no paraba de repicar con su maldito goteo incesante incluso
en sus sueños- a las 6:35, no era casualidad. Lee Hyuk Jae no era paranoico,
nada de eso, sólo es que, mirándose al espejo intentando acomodarse el cabello
teñido rojo que le caía desgarbado sobre el rostro delgado y famélico, aun no
podía creer que hubiese dormido tan profundamente hasta que el sol se hubiese
alzado en el cielo y le hubiera rebotado con un haz de luz directo en la cara.
Siendo
como era, se sentía algo extraño y cohibido. Pensándolo bien, no era como si se
hubiese levantado con el pie izquierdo, no, no, no; sino al contrario: su
felicidad espontánea era inexplicable y abrumadora. Era brillante, inquieta,
infantil.
Era
como si hubiese pisado de nuevo Paris por primera vez.
Lanzó
un vistazo furtivo hacia la única ventana que poseía el cuarto y a través del
vidrio polvoriento, alcanzó a ver la puntita de la torre Eiffel que no tapaba
el letrero exagerado y anticuado del hotel de enfrente. Suspiró. Malditos
costos elevados, maldito pequeño sueldo.
De
todas maneras, alzó su vieja mochila de cuero donde acostumbraba a cargar
algunos bocetos y uno que otro dulce y la colgó en su hombro. Repasó con la
vista cada rincón fugazmente para mirar si no había olvidado empacar algo y
guardó sus llaves en uno de los bolsillos traseros de su jean junto con la
billetera. Abrió la desaliñada puerta que conectaba su espacio personal casi
pulcro con el sucio pasillo de madera y, con una sonrisa estúpida insertada en
su rostro, decidió dejar de darle vueltas al asunto y salió de su pequeño y
antiquísimo departamento.
Y
así como cuando abres los ojos cada mañana y el reflejo del sol penetra tan
hondo en tus pupilas casi dejándote ciego y fascinado, chocó contra ella. Contra
aquella sonrisa torpe y blanca enmarcada entre aquel par de labios rosas que
gesticulaban un ‘lo siento’.
Entonces
lo supo, el por qué el destino mismo se encargaba de encajar cada una de las
piezas su rompecabezas, desenmarañando sin escrúpulos y deshaciendo su rutina
de manera tan brutal. La felicidad había escogido el lugar y momento preciso
para arrancarle el aliento.
__________________________________
/ 19:13
Hi~~
Well this is really my first post xD. I'm trying to practise my english skills on here but, basically, I'll post some of my fanfictions, which are in spanish. I'm sorry ;;, someday i'll translate it for you... meanwhile, use Google Translator D:... Anyway, I'll post some random stuff too, some pics, some videos, some books. Hope you enjoy it :3.
Most of my writings are based on Kpop idols, specially my favorite group, Super Junior ;A;♥. I must say that i never wrote before at school but then, i decided to start because of these boys. It really doesn't make sense but there's something called 'Fanservice culture' and if you are into it, definitely you will try it once.
It's just that i fell in deepest love with making up stories.
Ah~ if you don't get names or whatever, forgive me D:. Just think of them as 'The boy' and 'the girl' or... xD.
Oh! I have forgot... my favorite 'literary genre' -it shouldn't be called like that lol- is called angst. Literally, -found it on Retentive General Fandom and Fanfiction Glossary, ''Angst implies putting fanfic characters through the wringer emotionally/physically/mentally and making the readers feel for them.''
I can't change that, i'm so bad with pluffy and sweet things D:.